Apocalipsis 12 - Nueva Biblia Española (1975)1 Apareció en el cielo una magnífica señal: una mujer envuelta en el sol, con la luna bajo sus pies y en la cabeza una corona de doce estrellas. 2 Estaba encinta, gritaba por los dolores del parto y el tormento de dar aluz. 3 Apareció en el cielo otra señal: un gran dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y en las cabezas siete diademas. 4 Su cola barrió la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó a la tierra. El dragón se quedó delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo cuando naciera. 5 Ella dio a luz un hijo varón, destinado a regir a todas las naciones con cetro de hierro; pero arrebataron a su hijo y lo llevaron hasta Dios y su trono. 6 La mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar reservado por Dios, para que allí la sustenten mil doscientos sesenta días. 7 En el cielo se trabó una batalla. Miguel y sus ángeles declararon guerra al dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles, 8 pero no vencieron y desaparecieron del cielo definitivamente; 9 al gran dragón, a la serpiente primordial que se llama diablo y Satanás y extravía a la tierra entera, lo precipitaron a la tierra y precipitaron a sus ángeles con él. 10 Oí en el cielo una aclamación: ¡Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su poderío y de su reinado, y de la potestad de su Mesías! Porque han derribado al acusador de nuestros hermanos, al que los acusaba día y noche ante nuestro Dios; 11 ellos lo vencieron con la sangre del Cordero y con el testimonio que pronunciaron sin preferir la vida a la muerte. 12 Regocíjense por eso, cielos y los que en ellos habitan. ¡Ay de la tierra y del mar! El diablo bajó contra ustedes rebosando furor, pues sabe que le queda poco tiempo. 13 Cuando vio el dragón -que lo habían arrojado a la tierra se puso a perseguir a la mujer que había dado a luz el hijo varón. 14 Le pusieron a la mujer dos alas de águila real para que volara a su lugar en el desierto, donde será sustentada un año y otro año y medio año lejos de la serpiente. 15 La serpiente, persiguiendo a la mujer, echó por la boca un río de agua, para que el río la arrastrara, 16 pero la tierra salió en ayuda de la mujer, abrió su boca y se bebió el río salido de la boca de la serpiente. 17 Despechado el dragón por causa de la mujer, se marchó a hacer la guerra al resto de su descendencia, a los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús. El dragón se detuvo en la arena del mar. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.