Eclesiastés 3 - Biblia Reina Valera 19952. JUICIOS DEL PREDICADOR EN TORNO A LA EXISTENCIA HUMANA ( 3.1—12.8 ) Todo tiene su tiempo 1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: 2 Tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado, 3 tiempo de matar y tiempo de curar, tiempo de destruir y tiempo de edificar, 4 tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de hacer duelo y tiempo de bailar, 5 tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntarlas, tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar, 6 tiempo de buscar y tiempo de perder, tiempo de guardar y tiempo de tirar, 7 tiempo de rasgar y tiempo de coser, tiempo de callar y tiempo de hablar, 8 tiempo de amar y tiempo de aborrecer, tiempo de guerra, y tiempo de paz. 9 ¿Qué provecho obtiene el que trabaja de aquello en que se afana? 10 He visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. 11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón del hombre, sin que este alcance a comprender la obra hecha por Dios desde el principio hasta el fin. 12 Sé que no hay para el hombre cosa mejor que alegrarse y hacer bien en su vida, 13 y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce de los beneficios de toda su labor. 14 Sé que todo lo que Dios hace es perpetuo: Nada hay que añadir ni nada que quitar. Dios lo hace para que los hombres teman delante de él. 15 Lo que antes fue, ya es, y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo pasado. Injusticias de la vida 16 Vi más cosas debajo del sol: en lugar del juicio, la maldad; y en lugar de la justicia, la iniquidad. 17 Y dije en mi corazón: «Al justo y al malvado juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace.» 18 Dije también en mi corazón: «Esto es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios los pruebe, y vean que ellos mismos son semejantes a las bestias.» 19 Pues lo mismo les sucede a los hijos de los hombres que a las bestias: como mueren las unas, así mueren los otros, y todos tienen un mismo aliento de vida. No es más el hombre que la bestia, porque todo es vanidad. 20 Todo va a un mismo lugar; todo fue hecho del polvo, y todo al polvo volverá. 21 ¿Quién sabe si el espíritu de los hijos de los hombres sube a lo alto, y el espíritu del animal baja a lo hondo de la tierra? 22 Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esa es su recompensa; porque, ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de venir después de él? |
Texto: Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblica Unidas, 1995.
Notas: Notas de Estudio Reina-Valera 95 © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995.
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