Apocalipsis 18 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)1 Vi bajar del cielo a otro ángel. Su poder era inmenso y con su resplandor iluminó la tierra, 2 mientras clamaba con fuerte voz: - ¡Por fin cayó la orgullosa Babilonia! Hoy es mansión de demonios, guarida de espíritus impuros y de toda clase de aves inmundas y asquerosas. 3 Porque ella emborrachó con sus prostituciones a gente de toda procedencia ; adulteró con los reyes de la tierra, y con su lujo desenfrenado colmó de riqueza a los traficantes del mundo. 4 Y otra voz decía desde el cielo: - Sal de ella, pueblo mío, que, si te haces cómplice de sus pecados, también te alcanzarán sus castigos. 5 Hasta el cielo se han amontonado sus pecados, y Dios no ha querido ignorar por más tiempo sus crímenes. 6 Pagadle con su misma moneda, y aun dadle el doble: Si prevaricó como uno, castigadla como dos; en la copa de sus desenfrenos verted doble amargura. 7 Cuanto se procuró de lujos y placeres, dadle de tormentos y desdichas. Ahí la tenéis alardeando en su interior: 'Ocupo un trono de reina; no soy viuda y jamás conoceré el dolor. ' 8 Pero en un solo día irrumpirán los azotes que la esperan; muerte, luto y hambre se abatirán sobre ella, hasta quedar abrasada por el fuego. Poderoso es para el Señor Dios que la condenó. 9 Los poderosos de la tierra, los que con ella compartieron liviandades y placeres, prorrumpirán en llantos y gemidos cuando contemplen su humeante hoguera. 10 Estremecidos de horror ante el suplicio, exclamarán desde lejos: - ¡Desgraciada de ti, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad tan poderosa! ¡Un instante ha bastado para consumarse tu condena! 11 También los traficantes de la tierra prorrumpirán en llanto y gemidos por ella, porque ya nadie les comprará sus mercancías: 12 oro, plata, piedras preciosas y perlas; lino, púrpura, seda y escarlata; maderas aromáticas, objetos de marfil, de maderas preciosas, de bronce, de hierro y de mármol. 13 Canela, clavo, perfumes, mirra e incienso; vino y aceite; trigo y flor de harina; ovejas y ganado mayor; esclavos y vidas humanas. 14 ya no gustará más los frutos sazonados que tanto apetecías; ya todas tus riquezas y tus lujos huyeron para siempre de ti y jamás volverán. 15 Todos estos traficantes, enriquecidos a su costa, se mantendrán a distancia estremecidos de horror ante el espectáculo de su suplicio, y exclamarán entre lágrimas y lamentos: 16 ¡Desgraciada de ti, la gran ciudad, que en otro tiempo te vestías de lino, púrpura y grana, y te adornabas con oro, piedras preciosas y perlas! 17 ¡Un instante ha bastado para arrasar tanta riqueza! A su vez, los capitanes de barco, los oficiales, los marineros y todos cuantos viven del mar 18 exclamaban al contemplar de lejos la gigantesca hoguera: - ¿Hubo alguna vez una ciudad tan grande como ésta? 19 Y, echándose polvo sobre la cabeza para mostrar su dolor, lloraban y se lamentaban, diciendo: - ¡Desgraciada de ti, la gran ciudad, fuente de riqueza para cuantos surcaban los mares con sus barcos! ¡Un instante ha bastado para convertirse en ruinas! 20 ¡Alégrate, cielo, al contemplarla, y vosotros también, los consagrados a Dios, los apóstoles y los profetas, porque Dios ha vengado en ella vuestra causa! 21 Un ángel poderoso levantó entonces un gran peñasco, como una gigantesca rueda de molino, y lo arrojó al mar, exclamando: - Así, violentamente, será arrojada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más se sabrá de ella. 22 Ya no se volverá a escuchar en ti el son de los arpistas y los músicos, el son de los que tocan la flauta y la trompeta. Ya no habrá en ti artesanos ni se oirá el girar de las ruedas de molino. 23 La luz de la lámpara no alumbrará más en ti, ni volverán a oírse en tus calles, los cantos del novio y de la novia. Por cuanto tus traficantes llegaron a ser los grandes de la tierra y con tus sortilegios embaucaste a todas las naciones. 24 Y estás manchada con la sangre de profetas y de consagrados a Dios, con la sangre de todos los que han sido asesinados en la tierra. |
Copyright © Fernando Arcas-Alfonso Fernández