Marcos 3 - Biblia Castilian 20031 Entró de nuevo en la sinagoga. Hab a all un hombre que ten a una mano seca; 2 y estaban espiando a Jesús a ver si lo curaba en sábado, para poder acusarlo. 3 Dice entonces al hombre que ten a la mano seca: 'Ponte aqu delante'. 4 Luego les dice: '¿Es l cito en sábado hacer bien o hacer mal; salvar una vida o dejarla perecer?'. Pero ellos guardaban silencio. 5 Y mirándolos en torno con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: 'Extiende la mano'. Él la extendió, y la mano se le quedó sana. 6 Los fariseos, apenas salieron, junto con los herodianos, en seguida acordaron en consejo contra Jesús la manera de acabar con él. 7 Jesús con sus disc pulos se retiró a la orilla del mar. Grandes multitudes de Galilea lo siguieron. También acudieron a él, al o r las cosas que hac a, una gran muchedumbre de Judea, 8 de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán y de los contornos de Tiro y Sidón. 9 Entonces, a causa de la muchedumbre, dijo a los disc pulos le dispusieran una barquilla para que no lo apretujaran; 10 porque, como curaba a tantos, todos los que ten an alguna enfermedad se le echaban encima para tocarlo. 11 También los esp ritus impuros, cuando lo ve an, se postraban ante él gritando: 'Tú eres el Hijo de Dios'. 12 Pero él, en términos severos, les conminaba que no lo divulgaran. 13 Sube luego al monte, llama junto a s a los que quer a, y ellos acudieron a él. 14 Constituyó a Doce, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, 15 con poder para expulsar a los demonios. 16 Éstos fueron los doce elegidos por él: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro; 17 Santiago, el de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a quienes puso el sobrenombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; 18 Andrés y Felipe, Bartolomé y Mateo, Tomás y Santiago el de Alfeo, Tadeo y Simón el Cananeo; 19 y Judas Iscariote, el que luego lo entregó. 20 Vuelve a casa; y de nuevo se reúne tanta gente que ni siquiera pod an comer. 21 Cuando lo oyeron los de su familia, fueron con ánimo de tomarlo bajo su custodia, pues se dec a: 'Está fuera de s '. 22 Los escribas que hab an bajado de Jerusalén dec an: 'Éste tiene a Beelzebul; y es por arte del pr ncipe de los demonios por quien éste expulsa a los demonios'. 23 Entonces los llamó junto a s y les dijo por medio de parábolas: '¿Cómo puede Satanás arrojar a Satanás? 24 Si un reino se divide en bandos, ese reino no puede resistir; 25 y si una casa se divide en bandos, tampoco esa casa podrá resistir. 26 Si, pues, Satanás se levanta contra s mismo y se divide en bandos, no puede resistir, sino que ha llegado su fin. 27 Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquearla si primero no logra atarlo; sólo entonces le saqueará la casa. 28 Os aseguro que a los hombres se les perdonará todo: los pecados y aun las blasfemias que profieran. 29 Pero quien blasfemare contra el Esp ritu Santo jamás tendrá perdón, sino que siempre llevará consigo su pecado'. 30 Es que ellos dec an: 'Está pose do de un esp ritu impuro'. 31 Llegan entre tanto su madre y sus hermanos, y, quedándose fuera, lo mandaron llamar. 32 El pueblo estaba sentado en torno de él. Y le avisan: 'Mira que tu madre tus hermanos y hermanas están ah fuera buscándote'. 33 Pero él les contesta: '¿Quién es mi madre y quiénes mis hermanos?'. 34 Y paseando la mirada por los que estaban sentados a su alrededor, dice: 'He aqu a mi madre y mis hermanos. 35 El que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre'. |
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