Malaquías 3 - Biblia Castilian 20031 He aqu que yo env o a mi mensajero, para que prepare el camino delante de m. Muy pronto vendrá a su templo el Se or a quien buscáis, el Ángel de la alianza que deseáis. Mirad que ya llega - dice Yahveh Sebaot -. 2 ¿Quién soportará el d a de su venida? ¿Quién resistirá en pie cuando Él aparezca? Porque será como fuego de fundidor, como lej a de lavandero. 3 Se sentará como fundidor, como refinador de plata; purificará a los hijos de Lev, los acrisolará como al oro y la plata, y ellos ofrecerán a Yahveh oblaciones adecuadas. 4 Entonces será grata a Yahveh la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los d as de anta o, como en los tiempos antiguos. 5 Me llegaré a vosotros para el juicio y seré un testigo irrefutable contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran en falso, contra los que defraudan el jornal del jornalero, avasallan a la viuda y al huérfano y oprimen al forastero mostrando as que no me temen - dice Yahveh Sebaot -. 6 Yo, Yahveh, no he cambiado; pero vosotros, hijos de Jacob, no cesáis de cambiar. 7 Desde los d as de vuestros padres os apartáis de mis preceptos y no los observáis. Volved a m, y yo volveré a vosotros - dice Yahveh Sebaot -. Vosotros preguntáis: '¿Cómo volveremos?'. 8 ¿Puede un hombre defraudar a Dios? Pero vosotros intentáis defraudarme y preguntáis: '¿En qué te defraudamos?'. ¡En los diezmos y en las ofrendas! 9 Con maldición estáis ya malditos, pues es a m a quien queréis defraudar todos vosotros, la nación entera. 10 Llevad todos los diezmos a la casa del tesoro, para que haya alimentos en mi casa. Haced la prueba - dice Yahveh Sebaot -, y veréis si no os abro las compuertas del cielo y no derramo sobre vosotros bendición sin medida. 11 Alejaré de vosotros la langosta, para que no arruine el fruto de vuestra tierra, para que no sea estéril la vi a de vuestro campo - dice Yahveh Sebaot -. 12 Entonces las naciones todas os llamarán dichosos, porque seréis un pa s de delicias - dice Yahveh Sebaot -. 13 Duras contra m son vuestras palabras - dice Yahveh -. Y vosotros preguntáis: '¿Qué hemos dicho contra ti?'. 14 Vosotros dec s: 'Es inútil servir a Dios. ¿Qué sacamos de observar sus preceptos y de andar con vestidos de luto ante Yahveh Sebaot? 15 Por eso llamamos dichosos a los soberbios: los que cometen la iniquidad prosperan, incluso los que tientan a Dios quedan impunes'. 16 Hablaron también entre s los que temen a Yahveh y Yahveh escuchó con atención. Se escribió un memorial en su presencia en favor de los que temen a Yahveh y respetan su nombre. 17 Ellos serán para m - dice Yahveh Sebaot - propiedad particular, el d a en que yo actúe. Seré indulgente con ellos, como un hombre es indulgente con el hijo que le sirve. 18 Entonces volveréis a distinguir entre justos e imp os, entre quien sirve a Dios y quien no le sirve. |
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