Lucas 14 - Biblia Castilian 20031 Un sábado entró a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos; y éstos lo estaban acechando. 2 Precisamente hab a un hidrópico delante de él. 3 Jesús tomó la palabra y dijo a los doctores de la ley y a los fariseos: '¿Es l cito curar en sábado o no?'. 4 Ellos permanecieron callados. Tomó entonces al hidrópico de la mano, lo curó y lo despidió. 5 Luego les dijo: '¿Quién de vosotros, si se le cae a un pozo un hijo o un buey, no lo saca en seguida, aunque sea sábado?'. 6 Y nada pudieron responderle a esto. 7 Al notar cómo los invitados escog an los primeros puestos, les propon a una parábola: 8 'Cuando alguien te invite a un banquete de bodas, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya invitado también a otro más importante que tú 9 y cuando llegue el que te invitó a ti y al otro, te tenga que decir: 'Déjale el sitio a éste'; y entonces, cubierto de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. 10 Al contrario, cuando te inviten, ve a ponerte en el último lugar, de suerte que, cuando llegue el que te invitó, te tenga que decir: 'Amigo, sube más arriba'. Entonces quedarás muy honrado delante de todos los comensales. 11 Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado'. 12 Dec a también al que lo hab a invitado: 'Cuando des una comida o una cena, no convides a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que también ellos a su vez te inviten, y ello te sirva de recompensa. 13 Al contrario, cuando des un banquete, invita a pobres, tullidos, cojos, ciegos. 14 Dichoso tú entonces, pues ellos no tienen con qué recompensarte; porque as tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos'. 15 Cuando oyó esto uno de los comensales, le dijo: 'Dichoso el que participe en el banquete del reino de Dios'. 16 Entonces él le contestó: 'Un hombre preparaba un gran banquete y convidó a mucha gente. 17 A la hora del banquete envió a su criado para decir a los invitados: 'Venid; que ya está preparado'. 18 Pero todos, sin excepción, comenzaron a excusarse. El primero le dijo: 'He comprado un campo, y necesariamente tengo que ir a verlo; te ruego que me disculpes'. 19 Otro dijo: 'He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a ir a probarlas; te ruego que me disculpes'. 20 Y otro contestó: 'Me acabo de casar, y por eso no puedo ir'. 21 Volvió el criado y le refirió a su se or estas cosas. Entonces el amo de casa se enfureció y dijo a su criado: 'Sal inmediatamente por las plazas y las calles de la ciudad, y a los pobres y tullidos y ciegos y cojos tráelos aqu '. 22 Luego le dijo el criado: 'Se or, se ha hecho lo que has mandado, pero todav a queda sitio'. 23 Entonces el se or le dijo al criado: 'Pues sal a los caminos y cercados y obliga a la gente a entrar, hasta que mi casa se llene. 24 Porque os digo que ninguno de aquellos que fueron invitados ha de probar mi banquete''. 25 Caminaba con él una gran multitud y volviéndose hacia ellos, les dijo: 26 'Si alguno viene a m y no aborrece a su padre y a su madre, a la mujer y a los hijos, a los hermanos y a las hermanas, y más aún, incluso a s mismo, no puede ser mi disc pulo. 27 Quien no lleva su cruz y viene tras de m no puede ser mi disc pulo. 28 Porque, ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta antes a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? 29 No vaya a ser que, si después de poner los cimientos no puede acabarla, todos los que la vean se burlen de él, 30 diciendo: 'Este hombre comenzó a edificar, pero no pudo terminar'. 31 ¿O qué rey, teniendo que salir a campa a contra otro rey, no se sienta antes a reflexionar si será capaz de enfrentarse con diez mil hombres al que viene contra él con veinte mil? 32 De lo contrario, mientras el otro está todav a lejos, le env a una embajada para pedirle condiciones de paz. 33 Pues del mismo modo, ninguno de vosotros que no renuncie a todos sus bienes puede ser mi disc pulo. 34 Buena es ciertamente la sal; pero si también la sal pierde su sabor, ¿con qué se le devolverá? 35 Ya no sirve ni para la tierra ni para el estercolero; la tiran fuera. El que tenga oidos para o r, que oiga'. |
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