Josué 24 - Biblia Castilian 20031 Reunió Josué en Siquén a todas las tribus de Israel y convocó a los ancianos de Israel, a los jefes, a los jueces y a los escribas, que se presentaron ante Dios. 2 Dijo entonces Josué a todo el pueblo: 'As habla Yahveh, Dios de Israel: vuestros antepasados: Téraj, padre de Abrahán y de Najor, habitaron desde antiguo al otro lado del r o, y dieron culto a dioses extra os. 3 Yo tomé a vuestro padre Abrahán de la otra parte del r o y le hice caminar por todo el pa s de Canaán, multipliqué su descendencia y le di Isaac. 4 A Isaac le di Jacob y Esaú; a Esaú le di en posesión el monte Se r, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto. 5 Después envié a Moisés y a Aarón, y her a Egipto del modo que lo hice, y os saqué de all. 6 Hice salir, pues, a vuestros padres de Egipto, y vosotros llegasteis al mar. Los egipcios persiguieron a vuestros padres con carros y caballos hasta el mar Rojo. 7 Clamaron ellos a Yahveh, y él puso tinieblas entre vosotros y los egipcios y volcó sobre ellos el mar, que los cubrió. Con vuestros propios ojos visteis lo que hice en Egipto. Después vivisteis muchos a os en el desierto. 8 Os he introducido en el pa s de los amorreos que habitaban al otro lado del Jordán. Os combatieron, pero yo los entregué en vuestras manos, y vosotros habéis ocupado su territorio, porque yo los exterminaba delante de vosotros. 9 Surgió entonces Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, que combatió contra Israel y envió a llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijese. 10 Pero no quise escuchar a Balaán; por el contrario, tuvo que bendeciros, y yo os libré de su mano. 11 Después, habiendo atravesado el Jordán, llegasteis a Jericó. Pelearon contra vosotros los due os de Jericó, as como los amorreos, los perizeos, los cananeos, los hititas, los guirgaseos, los jiveos y los jebuseos; pero yo los entregué en vuestras manos. 12 Envié delante de vosotros el pánico, que expulsó, ya antes de que llegarais, a los dos reyes amorreos. No fue debido a tu espada ni a tu arco. 13 As os entregué una tierra que no hab as trabajado y unas ciudades que no hab ais construido y en las que, sin embargo, habitáis; vi as y olivos que no hab ais plantado y de los que, sin embargo, os alimentáis. 14 Ahora, pues, temed a Yahveh y servidle con integridad y lealtad. Apartaos de los dioses a los que sirvieron vuestros antepasados al otro lado del r o y en Egipto, y servid a Yahveh. 15 Pero si os parece mal servir a Yahveh, escoged a quién habéis de servir: a los dioses a los que sirvieron vuestros antepasados al otro lado del r o, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis. Yo y mi casa serviremos a Yahveh'. 16 El pueblo respondió: '¡Lejos de nosotros abandonar a Yahveh para dar culto a otros dioses! 17 Porque Yahveh, nuestro Dios, es quien nos hizo subir, a nosotros y a nuestros padres, de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud; él es quien obró ante nuestros propios ojos estos grandes prodigios; él es quien nos protegió en todo el camino por donde hemos andado y en medio de todos los pueblos por los que hemos pasado. 18 Además, Yahveh expulsó de delante de nosotros a todos los pueblos, as como a los amorreos que habitaban en el pa s. También nosotros serviremos a Yahveh, porque él es nuestro Dios'. 19 Entonces Josué dijo al pueblo: 'No podréis servir a Yahveh, porque es un Dios santo, un Dios celoso, que no soportará vuestras faltas y pecados. 20 Si abandonáis a Yahveh y serv s a dioses extra os, él se volverá para traer el mal contra vosotros y para aniquilaros, aun después de haberos hecho tanto bien'. 21 El pueblo respondió a Josué: '¡De ningún modo! Nosotros serviremos a Yahveh'. 22 Entonces Josué dijo al pueblo: 'Vosotros sois testigos contra vosotros mismos de que habéis elegido a Yahveh para servirle'. Ellos respondieron: '¡Somos testigos!'. 23 'Pues bien, apartad los dioses extra os que hay en medio de vosotros, e inclinad vuestro corazón hacia Yahveh, Dios de Israel'. 24 El pueblo respondió a Josué: '¡A Yahveh, nuestro Dios, serviremos, y obedeceremos su voz!'. 25 Aquel d a, Josué pactó alianza con el pueblo y le dictó estatutos y normas en Siquén. 26 Luego escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios. Y tomando una gran piedra, la erigió all, bajo la encina que hay en el santuario de Yahveh. 27 Josué dijo a todo el pueblo: 'Mirad: esta piedra servirá de testigo contra vosotros, pues ella ha escuchado todas las palabras que Yahveh os ha dicho; y también servirá de testigo contra vosotros, para que no reneguéis de vuestro Dios'. 28 Luego Josué despidió al pueblo, y cada uno se fue a su heredad. 29 Algún tiempo después murió Josué, hijo de Nun, siervo de Yahveh, a la edad de ciento diez a os. 30 Lo sepultaron en terreno de su heredad, en Timná Séraj, que está en la monta a de Efra n, al norte del monte Gaás. 31 Israel sirvió a Yahveh durante todos los d as de Josué y durante todos los d as de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que conoc an todo cuanto hab a hecho Yahveh por Israel. 32 Los huesos de José, que los israelitas hab an subido de Egipto, fueron enterrados en Siquén, en la parte del campo que Jacob hab a comprado a los hijos de Jamor, padre de Siquén, y que, por cien monedas, hab a pasado a ser propiedad de los hijos de José. 33 También murió Eleazar, hijo de Aarón, y lo sepultaron en una colina que él hab a dado en propiedad a su hijo Pinjás, en la monta a de Efra n. |
La Biblia, Nueva Versión Internacional ®, (Castilian Version) Copyright © 1999, 2005 by Biblica, Inc.® Used by permission. All rights reserved worldwide.