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Jeremías 15 - Biblia Castilian 2003

1 Pero Yahveh me dijo: Ni aunque Moisés y Samuel estuvieran ante m, se volver a mi alma hacia este pueblo. Échalos de mi presencia y que se vayan.

2 Y si te dicen: '¿Adónde iremos?', les responderás: as dice Yahveh: 'Quien a la muerte, a la muerte; quien a la espada, a la espada; quien al hambre, al hambre; quien al cautiverio, al cautiverio.

3 Voy a imponerles cuatro clases de males: - oráculo de Yahveh -: la espada para matar, los perros para despedazar, las aves del cielo para devorar, las fieras de la tierra para aniquilar.

4 Los haré el horror de todos los reinos de la tierra, por causa de Manasés, hijo de Ezequ as, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.

5 ¿Quién, pues, se apiadará de ti, Jerusalén? ¿Quién te dará el pésame? ¿Quién se volverá a preguntar cómo estás?

6 Tú me rechazaste - oráculo de Yahveh -, volviste atrás, y yo alargué mi mano contra ti y te destru; estoy cansado de compadecerme.

7 Los aventé con el bieldo en las puertas del pa s; lo dejé sin hijos, aniquilé a mi pueblo, porque de conducta no cambiaron.

8 Sus viudas, por causa m a, son más numerosas que la arena del mar. He tra do contra esta madre de jóvenes guerreros un devastador al mediod a; eché sobre ella de repente terror y espanto.

9 La madre de siete hijos desfalleció, exhaló su alma; su sol se puso siendo aún de d a; quedó avergonzada y consternada. Lo que de ellos queda, lo entregaré a la espada ante sus enemigos' - oráculo de Yahveh -.

10 ¡Ay de m, madre m a, que me engendraste para ser hombre de discusión y de discordia para todo el mundo! Ni presté ni me prestaron, pero todos me maldicen.

11 S, Yahveh; es cierto que te serv obrando bien, es cierto que interced ante ti por mi enemigo en tiempo de desgracia y en tiempo de angustia.

12 ¿Puede romperse el hierro, el hierro del norte y el bronce?

13 Tu riqueza y tus tesoros entregaré al pillaje en compensación por todos tus pecados en todas tus fronteras.

14 Te haré esclavo de tus enemigos en un pa s que no conoces, pues fuego se ha encendido en mi ira, que arderá sobre vosotros.

15 Tú lo sabes, Yahveh: acuérdate de m y cu dame, véngame de mis perseguidores. No me dejes perecer a causa de tu paciencia, sabe que por ti soporto ultrajes.

16 Aparec an tus palabras y yo las devoraba; tu palabra era mi gozo y la alegr a de mi corazón, pues sobre m se invocaba tu nombre, Yahveh, Dios Sebaot.

17 No me senté en compa a de gente alegre ni anduve de fiesta en fiesta; por mor de tu mano me sentaba yo solo, porque de tu furor me llenaste.

18 ¿Por qué mi dolor ha de ser continuo y mi llaga tan incurable que se resiste a ser sanada? ¡Ay! Eres para m como torrente enga oso, como aguas no fiables.

19 Por esto as dice Yahveh: 'Si te conviertes, te permito volver, podrás estar en mi presencia; si separas lo precioso de la escoria, serás como mi propia boca. Ellos se volverán a ti, tú no te volverás a ellos.

20 Pues te pongo frente a este pueblo como muro de bronce inquebrantable: te combatirán, pero no te podrán; pues contigo estoy yo para salvarte y librarte - oráculo de Yahveh -.

21 Te libraré de la mano de los malvados, y te rescataré de la garra de los tiranos'.

La Biblia Castilla 2003

La Biblia, Nueva Versión Internacional ®, (Castilian Version) Copyright © 1999, 2005 by Biblica, Inc.® Used by permission. All rights reserved worldwide.

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