Isaías 57 - Biblia Castilian 20031 Perece el justo, y nadie hace caso. Se llevan a los hombres leales sin que nadie lo advierta. Por culpa del malvado se llevan al justo 2 y entra en la paz. Descansan en sus lechos los que van por el camino recto. 3 Vosotros, acercaos acá, hijos de la agorera, linaje de adúltero y de prostituida: 4 ¿a costa de quién os divert s? ¿A costa de quién abr s la boca y sacáis la lengua? ¿No sois hijos rebeldes vosotros, prole bastarda, 5 que os enceláis entre terebintos, bajo cualquier árbol frondoso; que sacrificáis ni os en las torrenteras, bajo las grietas de las rocas? 6 En los guijarros del torrente tengas tu herencia: ellos, ellos sean tu porción; sobre ellos derramaste libaciones, les ofreciste oblación. ¿Voy a compadecerme por esto? 7 Sobre una monta a alta y encumbrada pusiste tu yacija; hasta all subiste a ofrecer sacrificios. 8 Detrás de la puerta y de las jambas pusiste tu emblema; s, prescindiendo de m, te descubriste, subiste y ensanchaste tu yacija; te interesaste por ellos, amaste su yacija, examinaste el falo. 9 Fuiste a Mélec con ungüentos, prodigaste tus perfumes; enviaste tus legados a lo lejos, allá abajo hasta el seol. 10 Por tu largo viaje te cansaste, pero no dijiste: '¡Es desesperante!'. La vitalidad de tu falo hallaste, por eso no desfalleciste. 11 ¿Ante quién temblabas y tem as cuando ment as? De m no te acordabas ni te lo tomabas a pecho. ¿No soy yo quien calla y disimula? Por eso a m no me tem as. 12 Yo denunciaré tu justicia y tus obras, que de nada te valdrán. 13 Cuando grites, que te salven tus ganancias. A todos ellos los llevará el viento, los arrebatará un soplo; pero quien se refugia en m heredará la tierra y poseerá mi santa monta a. 14 Y se dirá: '¡Allanad, allanad, preparad el camino! ¡Quitad todo tropiezo del camino de mi pueblo! 15 Que as dice el Excelso, el Sublime, que reside en la eternidad y cuyo nombre es santo: 'En lo alto y en lo santo resido, y con el quebrantado y humilde de esp ritu, para vivificar el esp ritu de los humildes, para vivificar el corazón de los quebrantados. 16 Porque no por siempre reprendo, ni de continuo me enojo; pues ante m se consumir a el esp ritu y las almas que yo he creado. 17 Por su pecado de avaricia me enojé, lo her, escondiéndome, enojado; él segu a obstinado su camino preferido; 18 he visto sus caminos. Pero voy a sanarlo y a guiarlo; voy a consolarlo. Y para sus afligidos 19 pondré este cántico en sus labios: paz, paz para el lejano y para el cercano, - dice Yahveh -. Yo lo sanaré'. 20 Los malos son como el mar embravecido, que no puede calmarse, y cuyas aguas remueven fango y cieno. 21 No hay paz, dice mi Dios, para los malvados'. |
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