Esdras 3 - Biblia Castilian 20031 Llegado el séptimo mes, todo el pueblo de los israelitas, que estaba ya en sus ciudades, se reunió como un solo hombre en Jerusalén. 2 Entonces Josué, hijo de Josadac, con sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Sealtiel, con sus hermanos, se pusieron a reconstruir el altar del Dios de Israel, para ofrecer en él holocaustos, según está escrito en la ley de Moisés, hombre de Dios. 3 Erigieron el altar sobre sus cimientos, a pesar del temor que les inspiraban los habitantes del pa s, y ofrecieron en él holocaustos a Yahveh, los holocaustos de la ma ana y de la tarde. 4 Celebraron también la fiesta de las Tiendas conforme está prescrito, y ofrecieron en ella holocaustos diarios según el número mandado para cada d a. 5 Además de éstos, ofrecieron el holocausto perpetuo, el de los novilunios, el de todas las solemnidades consagradas a Yahveh y los de todos los que presentaban a Yahveh ofrendas voluntarias. 6 Desde el primer d a del mes séptimo comenzaron a ofrecer a Yahveh holocaustos, aunque todav a no se hab an echado los cimientos del templo de Yahveh. 7 Pagaron con dinero a los canteros y a los carpinteros, y con alimentos, bebidas y aceite a los sidonios y a los tirios, para que trajesen por mar, desde el L bano a Yafa, maderas de cedro, de acuerdo con el permiso que les hab a dado Ciro, rey de Persia. 8 El a o segundo de su llegada al templo de Dios, en Jerusalén, en el segundo mes, Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Josadac, y el resto de sus hermanos, sacerdotes y levitas; y todos los que hab an vuelto de la cautividad a Jerusalén, comenzaron la obra y designaron a los levitas, de veinte a os para arriba, para que dirigieran los trabajos del templo de Yahveh. 9 Josué, con sus hijos y hermanos, Cadmiel con sus hijos, y los descendientes de Hodav as, se pusieron como un solo hombre a dirigir a los que trabajaban en el templo de Dios, e igualmente los hijos de Jenadad, sus hijos y sus hermanos, los levitas. 10 Cuando los obreros echaron los cimientos del templo de Yahveh, estaban presentes los sacerdotes, con sus vestiduras y trompetas, y los levitas, hijos de Asaf, con los c mbalos, para alabar a Yahveh según las prescripciones de David, rey de Israel. 11 Y cantaban alternativamente, alabando y ensalzando a Yahveh: 'Porque es bueno, porque es eterna su misericordia hacia Israel'. Y todo el pueblo prorrump a a grandes voces en alabanzas a Yahveh, porque se hab an echado ya los cimientos del templo de Yahveh. 12 Sin embargo, muchos sacerdotes, levitas y jefes de familia, ya ancianos, que hab an visto el primer templo, lloraban con grandes gemidos al ver con sus propios ojos echar los cimientos de este templo; pero otros muchos lanzaban clamores de alegr a. 13 Era imposible distinguir entre los clamores de alegr a y los gritos de llanto, ya que todo el pueblo lanzaba grandes clamores. El estrépito se o a desde muy lejos. |
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