2 Samuel 12 - Biblia Castilian 20031 Entonces Yahveh envió a Natán ante David y, presentándose ante él, le dijo: 'Hab a dos hombres en una ciudad: el uno era rico y el otro era pobre. 2 El rico ten a much simas ovejas y bueyes. 3 El pobre ten a solamente una ovejita peque a que hab a comprado. Él la criaba, y ella iba creciendo con él y sus hijos; com a de su pan, beb a de su copa y aun dorm a en su seno. Era para él como una hija. 4 Llegó un viajero a casa del rico, quien, doliéndole tener que tomar de sus ovejas y bueyes para dar de comer al viajero llegado a su casa, echó mano a la ovejita del pobre y la aderezó para el hombre que hab a llegado a su casa'. 5 Se encendió sobremanera la cólera de David contra aquel hombre, y dijo a Natán: '¡Por vida de Yahveh, que el que tal hizo es reo de muerte! 6 Pagará la oveja cuatro veces, por haber obrado as y no haber tenido compasión'. 7 Dijo entonces Natán a David: '¡Tú eres ese hombre! As habla Yahveh, Dios de Israel: yo te ung rey de Israel y te libré de las manos de Saúl. 8 Yo te entregué la casa de tu se or y puse en tus brazos las mujeres de tu amo, al mismo tiempo que te daba la casa de Israel y de Judá, y como si esto fuera poco, yo te habr a a adido todav a otras cosas mayores. 9 ¿Por qué, pues has menospreciado la palabra de Yahveh y has hecho lo que es malo ante sus ojos? Has hecho morir por la espada a Ur as, el hitita, y luego has tomado por esposa a su mujer; lo has asesinado con la espada de los amonitas. 10 Pues bien, ya no se apartará nunca la espada de tu casa, porque me has despreciado y has tomado por esposa a la mujer de Ur as, el hitita. 11 As habla Yahveh: he aqu que yo haré surgir el mal contra ti de tu propia casa, y tomaré tus mujeres ante tus mismos ojos para entregárselas a otro, que yacerá con ellas a la luz del sol. 12 Tú lo has hecho en secreto, pero yo haré esto en presencia de todo Israel y a la luz del sol'. 13 Dijo entonces David a Natán: 'He pecado contra Yahveh'. A lo que replicó Natán: 'Yahveh ha perdonado tu pecado; no morirás. 14 Pero por haber despreciado con esta acción a Yahveh, el hijo que te ha nacido morirá irremisiblemente'. 15 Y Natán se marchó a su casa. Hirió Yahveh al ni o que la mujer de Ur as le hab a dado a David, y enfermó gravemente. 16 Rogó David a Dios por el ni o, ayunaba con rigor y pasaba las noches acostado en el suelo. 17 Los principales de su casa se dirig an a él para convencerle de que se levantara del suelo, pero él no quiso, ni com a tampoco con ellos. 18 Al séptimo d a murió el ni o, y los servidores de David tem an darle la noticia de la muerte, porque se dec an: 'Si cuando el ni o estaba vivo le hablábamos y no quer a escucharnos, ¿cómo vamos a decirle ahora que ha muerto el ni o? ¡Cometerá un desatino!'. 19 Pero David, al ver que sus servidores cuchicheaban entre s, comprendió que el ni o hab a muerto. Preguntó a sus servidores: '¿Ha muerto el ni o?'. Ellos le respondieron: 'Ha muerto'. 20 Entonces David se levantó del suelo, se lavó, se perfumó y mudó sus ropas. Luego entró en la casa de Yahveh, donde se postró en oración. Vuelto a su casa, pidió que le sirvieran de comer, y comió. 21 Dijéronle sus servidores: '¿Qué sentido tiene lo que haces? Cuando aún viv a el ni o, ayunabas por él y llorabas; y ahora que está muerto te levantas y comes'. 22 Él respondió: 'Cuando aún viv a el ni o, ayunaba y lloraba, porque me dec a: quién sabe si Yahveh se compadecerá de m y me lo dejará con vida. 23 Pero ahora que ha muerto, ¿para qué ayunar? ¿Es que está en mi poder restituirlo a la vida? ¡Soy yo el que irá hacia él, pero él no volverá jamás a m !'. 24 David consoló a Betsabé su mujer, entró y durmió con ella, y ella dio a luz un hijo, a quien llamó Salomón. Fue amado de Yahveh, 25 que envió al profeta Natán para que le impusiera el nombre de Yedid as en honor de Yahveh. 26 Joab siguió atacando a Rabá de los amonitas y se apoderó de la ciudad real. 27 Envió entonces Joab mensajeros a David para que le dijeran: 'Hemos atacado a Rabá y ya me he apoderado de la ciudad de las aguas. 28 Reúne, pues, ahora el resto de las tropas, acampa en torno a la ciudad y tómala, para que no sea yo el que tome posesión de ella, y se le dé mi nombre'. 29 Reunió David a todas las tropas y partió hacia Rabá, la atacó y se apoderó de ella. 30 Quitó de la cabeza de Milcón la corona, que pesaba un talento de oro y ten a una piedra preciosa que David colocó sobre su cabeza, y se llevó, además, un inmenso bot n de la ciudad. 31 A los habitantes de la ciudad los deportó y les obligó a manejar la sierra, las hachas y los picos de hierro, y a trabajar en los hornos de ladrillos. Lo mismo hizo con todas las ciudades de los amonitas. Luego regresó con todo el ejército a Jerusalén. |
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