2 Crónicas 24 - Biblia Castilian 20031 Ten a Joás siete a os cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta a os en Jerusalén. Su madre se llamaba Sib a, de Berseba. 2 Hizo Joás lo que es recto a los ojos de Yahveh mientras vivió el sacerdote Joadá, 3 quien tomó para él dos mujeres, de las que tuvo Joás hijos e hijas. 4 Después de esto, decidió Joás renovar el templo de Yahveh. 5 Reunió a los sacerdotes y levitas y les dijo: 'Salid por la ciudades de Judá y recoged de todo Israel dinero para reparar de a o en a o el templo de vuestro Dios, y daos prisa en ello'. Pero los levitas no se mostraron diligentes. 6 Entonces llamó el rey al sumo sacerdote Joadá y le dijo: '¿Por qué no has requerido a los levitas para que trajesen de Judá y de Jerusalén la contribución impuesta por Moisés, siervo de Yahveh, y la asamblea de Israel, para la tienda del encuentro?'. 7 Porque la imp a Atal a y sus hijos hab an causado destrozos en el templo de Dios, e incluso hab an dedicado a los baales todos los objetos sagrados del templo de Yahveh. 8 Mandó entonces el rey que hiciesen un arca y la colocaron a la puerta del templo de Yahveh, por la parte de fuera. 9 Hicieron pregonar por Judá y por Jerusalén que trajeran a Yahveh la contribución impuesta por Moisés, siervo de Dios, a Israel en el desierto. 10 Todos los jefes y todo el pueblo se complacieron en ello: trajeron su contribución y la echaron en el arca hasta llenarla. 11 A su tiempo, cuando ve an que hab a mucho dinero, los levitas llevaban el arca al intendente del rey. Entonces ven an el escriba del rey y el representante del sumo sacerdote, vaciaban el arca y a continuación la devolv an a su lugar. As lo hac an a su debido tiempo, y llegaron a recoger mucho dinero. 12 El rey y Joadá lo entregaban a los encargados de la reparación del templo de Yahveh, los cuales pagaban a los canteros y carpinteros contratados para restaurar el templo de Yahveh, as como a los que trabajaban el hierro y el bronce para reparar el templo de Yahveh. 13 As hicieron los encargados de las obras, y la reparación de la obra progresó en sus manos. Restituyeron el templo de Dios a su primer estado y lo consolidaron. 14 Terminadas las obras, llevaron al rey y a Joadá el dinero sobrante, con el que se hicieron utensilios para el templo de Yahveh: utensilios para el culto, para los holocaustos, cucharas y objetos de oro y de plata. As, constantemente se ofrec an holocaustos en el templo de Yahveh durante la vida de Joadá. 15 Pero Joadá envejeció y, colmado de d as, murió. Ciento treinta a os ten a cuando murió. 16 Lo sepultaron en la Ciudad de David, con los reyes, pues hab a hecho el bien en Israel en lo referente a Dios y a su templo. 17 Después de la muerte de Joadá, vinieron los jefes de Judá a postrarse delante del rey y, en esta ocasión, el rey les prestó o dos. 18 Abandonando el templo de Yahveh, Dios de sus padres, sirvieron a las aserás y a los dolos. La cólera de Dios se cernió sobre Judá y Jerusalén por culpa de ellos. 19 Les envió profetas para convertirlos a Yahveh, que dieron testimonio contra ellos, pero no les prestaron o dos. 20 Entonces el esp ritu de Dios se apoderó de Zacar as, hijo del sacerdote Joadá, quien, presentándose ante el pueblo, le dijo: 'As habla Dios: '¿Por qué traspasáis los mandamientos de Yahveh? As no podéis prosperar; y puesto que habéis abandonado a Yahveh, él os abandonará''. 21 Pero ellos conspiraron contra él y lo lapidaron por orden del rey en el atrio del templo de Yahveh. 22 No se acordó el rey Joás de la benevolencia que Joadá, padre de Zacar as, le hab a mostrado, sino que mató a su hijo, quien dijo al morir: 'Que Yahveh lo vea y te lo demande'. 23 Sucedió que, a la vuelta de un a o, subió contra él un ejército de arameos, que invadieron Judá y Jerusalén, exterminaron de la población a todos los jefes del pueblo y enviaron todo su bot n al rey de Damasco. 24 Aunque los hombres que vinieron con el ejército de Aram eran pocos, Yahveh entregó en sus manos a un ejército mucho mayor, porque hab an abandonado a Yahveh, Dios de sus padres; y as hicieron justicia con Joás. 25 Cuando se alejaron de él, dejándolo gravemente enfermo, sus propios servidores se conjuraron contra él para vengar la sangre del hijo del sacerdote Joadá, y le dieron muerte en su lecho. Murió y lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en las tumbas reales. 26 Éstos son los que conspiraron contra él: Zabad, hijo de Simat, la amonita, y Jozabad, hijo de Simrit, la moabita. 27 Lo referente a sus hijos, a las numerosas profec as contra él y a la restauración del templo de Dios, está escrito en el midrás del libro de los reyes. Le sucedió en el trono su hijo Amas as. |
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