1 Reyes 2 - Biblia Castilian 20031 Los d as de David se acercaban ya a su término. Entonces él dio a Salomón estas instrucciones: 2 'Yo me voy por la senda de todos los hombres. Tú procura ser esforzado y varonil. 3 Guarda los preceptos de Yahveh, tu Dios, camina por sus sendas, observa sus mandamientos, sus leyes, sus órdenes y sus instrucciones, según está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas. 4 Y as cumplirá Yahveh la palabra que me dio cuando me dijo: 'Si tus hijos siguen su camino para andar en mi presencia con fidelidad, con todo su corazón y toda su alma, no te faltará varón sobre el trono de Israel'. 5 Tu ya sabes también lo que me hizo Joab, hijo de Servia, lo que hizo con los dos jefes del ejército de Israel, con Abner hijo de Ner, y con Amasá, hijo de Yéter, que los asesinó y derramó en la paz sangre de guerra, y manchó con sangre de guerra el cinturón que ce a su cintura y las sandalias de sus pies. 6 Obra, pues, conforme a tu prudencia, y no dejes que sus canas bajen en paz al seol. 7 Muéstrate generoso con los hijos de Barzilay de Galaad, y que ellos sean comensales de tu mesa, porque me socorrieron cuando yo hu a de tu hermano Absalón. 8 Ah tienes también a tu lado a Seme, hijo de Guerá, el benjaminita de Bajur n, que me lanzó terribles maldiciones el d a en que iba yo a Majanáin. Aunque después él bajó a mi encuentro al Jordán y yo le juré por Yahveh: 'No te haré morir a espada', 9 tú no lo dejes impune. Puesto que eres prudente, tú sabrás lo que has de hacer con él para que bajen sus canas ensangrentadas al seol '. 10 Descansó David con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David. 11 El tiempo que reinó David sobre Israel fue de cuarenta a os: siete a os reinó en Hebrón, y treinta y tres en Jerusalén. 12 Salomón ocupó el trono de su padre David, y su reino quedó sólidamente establecido. 13 Adon as, hijo de Jaguit, se presentó a Betsabé, madre de Salomón, la cual le preguntó: '¿Vienes en son de paz?'. Él le respondió: 'S, en son de paz'. 14 Y a adió: 'Tengo que decirte una cosa'. Ella replicó: 'D mela'. 15 Entonces él le dijo: 'Tú sabes que el reino me pertenec a, y que todo Israel hab a puesto sus ojos en m para hacerme rey; pero el reino ha sido transferido, ha pasado a mi hermano, porque para él estaba destinado por Yahveh. 16 Ahora te suplico una sola cosa; no me la niegues'. Ella le dijo: 'Habla'. 17 Él prosiguió: 'Te ruego que digas al rey Salomón, el cual nada puede negarte, que me des por esposa a Abisag, la sunamita'. 18 Contestó Betsabé: 'Bien; yo hablaré por ti al rey'. 19 Betsabé se presentó al rey Salomón para hablarle en favor de Adon as. El rey se levantó, fue a su encuentro, se postró ante ella y luego se sentó en su trono y mandó poner otro trono para la madre del rey, la cual tomó asiento a su derecha. 20 Ella dijo entonces: 'Voy a pedirte una cosa insignificante; no me lo niegues'. El rey le replicó: 'Pide, madre m a, que no te la negaré'. 21 Prosiguió ella: 'Que Abisag, la sunamita, sea dada por esposa a tu hermano Adon as'. 22 Respondió el rey Salomón a su madre: '¿Por qué pides a Abisag, la sunamita, para Adon as? Ya sólo falta que pidas para él también el reino, pues es mi hermano mayor y están de su parte el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Servia'. 23 Y el rey Salomón juró por Yahveh: '¡Esto me haga Dios y esto otro me a ada si a Adon as no le cuestan la vida estas palabras! 24 Y por vida de Yahveh, que me ha confirmado y me ha colocado en el trono de David, mi padre, y que me edificó una casa como hab a prometido, que hoy mismo ha de morir Adon as'. 25 Y el rey Salomón encargó de ello a Bena as, hijo de Joadá, que lo hirió y lo mató. Y as murió. 26 Luego dijo el rey al sacerdote Abiatar: 'Vete a tus campos de Anatot. Eres reo de muerte; pero no te hago morir hoy, porque has llevado el arca de mi Se or Yahveh delante de mi padre David, y porque compartiste todas las aflicciones de mi padre'. 27 De este modo excluyó Salomón a Abiatar del sacerdocio de Yahveh, y con ello se cumplió la palabra que Yahveh hab a pronunciado en Siló contra la casa de El. 28 Cuando esta noticia llegó a Joab, que hab a sido partidario de Adon as, aunque no de Absalón, Joab se refugió en la tienda de Yahveh y se asió a los cuernos del altar. 29 Comunicaron al rey Salomón que Joab se hab a refugiado en la tienda de Yahveh y que estaba junto al altar. Y Salomón envió a Bena as, hijo de Joadá, con esta orden: '¡Ve y mátalo!'. 30 Llegó Bena as a la tienda de Yahveh, y le dijo: 'Esto manda el rey: sal'. Pero él contestó: '¡De ningún modo. Aqu moriré!'. Bena as volvió al rey con la respuesta, diciéndole: 'Esto ha dicho Joab y esto ha contestado'. 31 El rey le replicó: 'Haz como él ha dicho: mátalo y entiérralo. As apartarás de m y de la casa de mi padre la sangre inocente que él derramó. 32 Yahveh hará recaer su sangre sobre su propia cabeza, porque mató a dos hombres más justos y mejores que él, a los que asesinó con la espada sin saberlo mi padre David: a Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasá, hijo de Yéter, jefe del ejército de Judá. 33 Recaiga la sangre de ellos sobre la cabeza de Joab y la de su descendencia para siempre, mientras que a David y a su linaje, a su casa y a su trono, Yahveh les otorgue paz perpetua'. 34 Subió entonces Bena as, hijo de Joadá e hirió de muerte a Joab. Y as murió. Lo sepultó en su casa, en el desierto. 35 Luego el rey puso en su lugar al frente del ejército a Bena as, hijo de Joadá; y al sacerdote Sadoc en sustitución de Abiatar. 36 Después mandó el rey llamar a Seme y le dijo: 'Constrúyete una casa en Jerusalén, habita en ella y no salgas para ir de un lugar a otro. 37 Ten por seguro que el d a en que salgas y atravieses el torrente Cedrón, morirás irremisiblemente; tu sangre caerá sobre tu cabeza'. 38 Respondió Seme al rey: 'Está bien; tu siervo hará conforme a lo que dice mi se or el rey'. As, Seme residió en Jerusalén mucho tiempo. 39 Pero acaeció que, al cabo de tres a os, dos siervos de Seme se fugaron al territorio de Aqu s, hijo de Maacá, rey de Gat. Dieron aviso de ello a Seme en estos términos: 'Mira, tus siervos están en Gat'. 40 Se levantó Seme, aparejó su asno y se fue a Gat, al territorio de Aqu s, en busca de sus siervos. Fue y se trajo de Gat a sus siervos. 41 Se enteró Salomón de que Seme hab a ido desde Jerusalén a Gat y que hab a vuelto. 42 Entonces el rey mandó llamar a Seme y le dijo: '¿No te hice jurar por Yahveh, y te advert severamente: el d a en que salgas para ir de acá para allá morirás irremisiblemente; y tú me dijiste: bien; estoy enterado del asunto? 43 ¿Por qué, pues, no has guardado el juramento de Yahveh y la orden que te di?'. 44 Y siguió diciendo el rey a Seme: 'Bien sabes tú todo el mal que hiciste a mi padre David, y tu corazón lo reconoce. Ahora, pues, Yahveh hará recaer tu maldad sobre tu cabeza. 45 Por el contrario, sea bendecido el rey Salomón, y el trono de David consolidado ante Yahveh por siempre'. 46 Luego el rey dio la orden a Bena as, hijo de Joadá, el cual salió y lo hirió de muerte. Y as murió. De este modo quedó el reino consolidado en manos de Salomón. |
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