«Yo, el Señor, amo la justicia, pero odio el robo y la iniquidad. En mi fidelidad los recompensaré y haré con ellos un pacto eterno.
Mateo 27:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Los jefes de los sacerdotes recogieron las monedas y dijeron: «La ley no permite echar esto al tesoro, porque es dinero pagado para derramar sangre». Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Biblia Nueva Traducción Viviente Los principales sacerdotes recogieron las monedas. «No sería correcto poner este dinero en el tesoro del templo —dijeron—, ya que se usó para pagar un asesinato». Biblia Católica (Latinoamericana) Los jefes de los sacerdotes recogieron las monedas, pero dijeron: 'No se puede echar este dinero en el tesoro del Templo, porque es precio de sangre. La Biblia Textual 3a Edicion Y los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro,° por cuanto es precio de sangre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los pontífices recogieron las monedas de plata y dijeron: 'No se deben echar en el tesoro del templo, porque son precio de sangre'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los príncipes de los sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro, porque es precio de sangre. |
«Yo, el Señor, amo la justicia, pero odio el robo y la iniquidad. En mi fidelidad los recompensaré y haré con ellos un pacto eterno.
Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego fue y se ahorcó.
Así que resolvieron comprar con ese dinero un terreno conocido como Campo del Alfarero, para sepultar allí a los extranjeros.
Ustedes, en cambio, enseñan que un hijo puede decir a su padre o a su madre: “Cualquier ayuda que pudiera haberte dado es corbán” (es decir, ofrenda dedicada a Dios).
Luego los judíos llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano. Como ya amanecía, los judíos no entraron en el palacio, pues de hacerlo se contaminarían ritualmente y no podrían comer la Pascua.
No lleves a la casa del Señor tu Dios dinero ganado en la prostitución ritual, tanto femenina como masculina; no pagues con ese dinero ninguna ofrenda prometida, porque unos y otros son abominables al Señor tu Dios.