Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, pidió agua y se lavó las manos delante de la gente. —Soy inocente de la muerte de este hombre —dijo—. ¡Allá ustedes!
Juan 18:38 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 —¿Y qué es la verdad? —preguntó Pilato. Dicho esto, salió otra vez a ver a los judíos. —Yo no encuentro que este sea culpable de nada —declaró—. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Qué es la verdad? —preguntó Pilato. Entonces salió de nuevo adonde estaba el pueblo y dijo: —Este hombre no es culpable de ningún delito, Biblia Católica (Latinoamericana) Pilato dijo: '¿Y qué es la verdad?'
Dicho esto, salió de nuevo donde estaban los judíos y les dijo: 'Yo no encuentro ningún motivo para condenar a este hombre. La Biblia Textual 3a Edicion Le dice Pilato: ¿Qué es verdad? Y habiendo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dice: Yo no hallo en él ningún delito;° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pilato le dice: '¿Y qué es la verdad?'. Tras decir esto, salió de nuevo hacia los judíos y les dice: 'Yo no encuentro en él ningún delito. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pilato le dijo: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Ninguna falta hallo en Él. |
Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, pidió agua y se lavó las manos delante de la gente. —Soy inocente de la muerte de este hombre —dijo—. ¡Allá ustedes!
Pilato les preguntó: —¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido? Pero ellos gritaban aún más fuerte: —¡Crucifícalo!
Entonces Pilato declaró a los jefes de los sacerdotes y a la multitud: —No encuentro que este hombre sea culpable de nada.
Pilato volvió a entrar en el palacio y llamó a Jesús. —¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó.
Pilato volvió a salir. —Aquí lo tienen —dijo a los judíos—. Lo he traído para que sepan que no lo encuentro culpable de nada.
Tan pronto como lo vieron, los jefes de los sacerdotes y los guardias gritaron a voz en cuello: —¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! —Pues llévenselo y crucifíquenlo ustedes —respondió Pilato—. Por mi parte, no lo encuentro culpable de nada.
Cuando oyeron de la resurrección, unos se burlaron, pero otros dijeron: —Queremos que usted nos hable en otra ocasión sobre este tema.
sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.