«Vienen días», afirma el Señor, «en que de la simiente de David haré surgir un Renuevo justo; él reinará con sabiduría en la tierra, y practicará el derecho y la justicia.
Juan 18:33 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Pilato volvió a entrar en el palacio y llamó a Jesús. —¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Pilato volvió a entrar en su residencia y pidió que le trajeran a Jesús. —¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó. Biblia Católica (Latinoamericana) Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le preguntó: '¿Eres tú el Rey de los judíos?' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces entró Pilato otra vez en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el rey de los judíos? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entró, pues, Pilato nuevamente en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: '¿Eres tú el rey de los judíos?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? |
«Vienen días», afirma el Señor, «en que de la simiente de David haré surgir un Renuevo justo; él reinará con sabiduría en la tierra, y practicará el derecho y la justicia.
El Señor te ha levantado el castigo; ha puesto en retirada a tus enemigos. El Señor, rey de Israel, está en medio de ti: nunca más temerás mal alguno.
¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, victorioso y humilde. Viene montado en un burro, en un burrito, cría de asna.
Mientras tanto, Jesús compareció ante el gobernador; este le preguntó: —¿Eres tú el rey de los judíos? —Tú mismo lo dices —respondió Jesús.
Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio y reunieron a toda la tropa alrededor de él.
—¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó Pilato. —Tú mismo lo dices —respondió.
Y comenzaron la acusación con estas palabras: —Hemos descubierto a este hombre agitando a nuestra nación. Se opone al pago de impuestos al césar y afirma que él es el Cristo, un rey.
—Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.
Tomaron ramas de palma y salieron a recibirlo mientras gritaban a voz en cuello: —¡Hosanna! —¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! —¡Bendito el Rey de Israel!
«No temas, oh hija de Sión; mira, que aquí viene tu rey, montado sobre un burrito».
—¡Así que eres rey! —le dijo Pilato. Jesús contestó: —Eres tú quien dice que soy rey. Yo para esto nací y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz.
—¿Y qué es la verdad? —preguntó Pilato. Dicho esto, salió otra vez a ver a los judíos. —Yo no encuentro que este sea culpable de nada —declaró—.
Desde entonces, Pilato procuraba poner en libertad a Jesús, pero los judíos gritaban desaforadamente: —Si dejas en libertad a este hombre, no eres amigo del césar. Cualquiera que pretende ser rey se hace su enemigo.
—¡Viva el rey de los judíos! —gritaban, mientras se acercaban para abofetearlo.
Pilato volvió a salir. —Aquí lo tienen —dijo a los judíos—. Lo he traído para que sepan que no lo encuentro culpable de nada.
así que entró de nuevo en el palacio y preguntó a Jesús: —¿De dónde eres tú? Pero Jesús no contestó nada.
Teniendo a Dios por testigo, el cual da vida a todas las cosas, y a Cristo Jesús, que dio su admirable testimonio delante de Poncio Pilato, te encargo