Mientras tanto, Joab había atacado la ciudad amonita de Rabá y capturado la fortaleza real.
Josué 10:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Esto, por supuesto, alarmó grandemente a Adonisédec y a su gente, porque Gabaón era más importante y grande que la ciudad de Hai; era tan grande como las capitales reales, y tenía un ejército poderoso. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 tuvo gran temor; porque Gabaón era una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y mayor que Hai, y todos sus hombres eran fuertes. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando él y su pueblo oyeron todo eso, tuvieron mucho miedo, porque Gabaón era una ciudad grande, tan grande como las ciudades de la realeza y más grande que la ciudad de Hai. Además, los gabaonitas eran guerreros fuertes. Biblia Católica (Latinoamericana) y le entró mucho miedo. Porque Gabaón era una gran ciudad como una capital real; era más grande que Aí y todos sus hombres estaban entrenados. La Biblia Textual 3a Edicion tuvo gran temor, porque Gabaón era una gran ciudad, como una de las ciudades reales, mayor que Hai, y todos sus hombres eran aguerridos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 se atemorizó en gran manera, porque Gabaón era una gran ciudad, comparable a las ciudades reales, mayor que Ay, y todos sus hombres eran aguerridos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) tuvieron gran temor; porque Gabaón era una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y mayor que Hai, y todos sus hombres eran fuertes. |
Mientras tanto, Joab había atacado la ciudad amonita de Rabá y capturado la fortaleza real.
Lo que el malvado teme, eso le ocurre; lo que el justo desea, eso recibe.
Nadie podrá hacerles frente. Por dondequiera que vayan, el Señor su Dios hará que todo el mundo sienta miedo y terror ante ustedes, como les ha prometido.
Hoy mismo comenzaré a infundir entre todas las naciones que hay debajo del cielo terror y espanto hacia ustedes. Cuando ellas escuchen hablar de ustedes, temblarán y se llenarán de pánico».
Todas las naciones de la tierra te temerán al reconocerte como el pueblo del Señor.
Solo queda una aterradora expectativa de juicio, el fuego ardiente que ha de devorar a los adversarios.
«El Señor ha entregado todo el país en nuestras manos. ¡Todos sus habitantes han perdido el ánimo a causa de nosotros!».
Los gabaonitas contestaron: —Nosotros, servidores suyos, fuimos bien informados de que el Señor su Dios ordenó a su siervo Moisés que les diera toda esta tierra y que destruyera a todos sus habitantes. Temimos tanto por nuestra vida que decidimos hacer lo que ya saben.
Los gabaonitas, al darse cuenta de cómo Josué había tratado a las ciudades de Jericó y de Hai,
David dijo a Aquis: «Si en verdad cuento con su favor, le ruego que me conceda algún pueblo en el campo para vivir allí. No tiene ningún sentido que este siervo suyo viva contigo en la capital del reino».