A los malvados les rompí las mandíbulas; ¡de sus dientes les arrebaté la presa!
Job 5:15 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Pero a los menesterosos los salva de la opresión de los poderosos y de su lengua viperina. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Así libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, Y de la mano violenta; Biblia Nueva Traducción Viviente Él rescata a los pobres de las palabras hirientes de los fuertes y los rescata de las garras de los poderosos; Biblia Católica (Latinoamericana) Así salva Dios al arruinado cuando lo persiguen
y libra al pobre de las manos del poderoso. La Biblia Textual 3a Edicion Así salva al pobre de la lengua afilada, Y de la mano de los poderosos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Arranca de sus iras al desamparado, y de la mano del fuerte al indigente. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero Él salva al pobre de la espada, de la boca, y de la mano del poderoso. |
A los malvados les rompí las mandíbulas; ¡de sus dientes les arrebaté la presa!
Hicieron llegar a su presencia el clamor de los pobres y necesitados, y Dios lo escuchó.
A los que sufren, Dios los libra mediante el sufrimiento; se vale de la aflicción para instruirlos.
Aunque ruja el león y gruña el cachorro, acabarán con los colmillos destrozados;
el león perece por falta de presa, y los cachorros de la leona se dispersan.
Estarás a salvo del latigazo de la lengua, y no temerás cuando venga la destrucción.
Pero tú ves la maldad y la aflicción, las tomas en cuenta y te harás cargo de ellas. Las víctimas se encomiendan a ti; tú eres la ayuda de los huérfanos.
Tú, Señor, escuchas el deseo de los indefensos, les infundes aliento y atiendes a su clamor.
Pero a los necesitados los saca de su miseria y hace que sus familias crezcan como rebaños.
Yo sé que el Señor hace justicia al pobre y defiende el derecho de los necesitados.
Así todo mi ser exclamará: «¿Quién como tú, Señor? Tú libras de los poderosos a los pobres; a los pobres y necesitados libras de aquellos que los explotan».
El rey defenderá la causa de los pobres del pueblo, salvará a los necesitados y aplastará a los opresores.
En cuanto a Jeremías, el rey Nabucodonosor de Babilonia había dado la siguiente orden a Nabuzaradán, el comandante de la guardia:
Y Dios había hecho que se ganara el afecto y la simpatía del oficial en jefe.