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Jeremías 46:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

«Anuncien esto en Egipto, proclámenlo en Migdol, Menfis y Tafnes: “¡A sus puestos! ¡Manténganse alerta! ¡La espada devora a su alrededor!”.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Anunciad en Egipto, y haced saber en Migdol; haced saber también en Menfis y en Tafnes; decid: Ponte en pie y prepárate, porque espada devorará tu comarca.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«¡Grítenlo en Egipto! ¡Publíquenlo en las ciudades de Migdol, Menfis y Tafnes! Movilícense para la batalla, porque la espada devorará a todos los que están a su alrededor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Publíquenlo en Migdol y repítanlo en Nof. Digan: Levántate y prepárate, porque la espada anda devorando a tu alrededor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Decidlo en Egipto, Proclamadlo en Migdol! ¡Hacedlo saber en Menfis y en Tafnes! Decid: ¡Ponte en pie y estate alerta, Que la espada ya devora en derredor!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Anunciadlo en Egipto, pregonadlo en Migdol, pregonadlo en Nof y Tafnis, decid: '¡A formar! ¡Prepárate!'. Que la espada devora en torno a ti.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Anunciad en Egipto, y haced saber en Migdol; haced saber también en Nof y en Tafnes; decid: Ponte de pie y prepárate; porque espada devorará tu comarca.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 46:14
23 Referans Kwoze  

Abner gritó a Joab: —¿Vamos a dejar que siga esta matanza? ¿No te das cuenta de que esto solo traerá amargura? ¿Qué esperas para ordenarles a tus soldados que dejen de perseguir a sus hermanos?


«Ordénales a los israelitas que regresen y acampen frente a Pi Hajirot, entre Migdol y el mar. Que acampen junto al mar, frente a Baal Zefón.


¿Se niegan y se rebelan? ¡Serán devorados por la espada!». El Señor mismo lo ha dicho.


Los oficiales de Zoán se han vuelto necios; los líderes de Menfis se dejaron engañar. Las piedras angulares de sus pueblos han hecho que Egipto pierda el rumbo.


«Asiria caerá a espada, pero no de hombre; una espada, pero no de mortales, la consumirá. Huirá para escapar de la espada, y sus jóvenes serán sometidos a trabajos forzados.


La espada del Señor está bañada en sangre, en la sangre de corderos y machos cabríos; cubierta está de grasa, de la grasa de los riñones de carneros. Porque el Señor celebra un sacrificio en Bosra y una gran matanza en tierra de Edom.


Sobre todas las lomas desoladas vinieron depredadores. La espada del Señor destruirá el país de un extremo al otro y nadie estará seguro.


Para colmo de males, los de Menfis y los de Tafnes te raparon la cabeza.


«En vano castigo a tus hijos, pues rechazan mi corrección. Cual si fuera un león feroz, la espada de ustedes devoró a sus profetas.


Esta palabra vino a Jeremías para todos los judíos que habitaban en Egipto; es decir, para los que vivían en las ciudades de Migdol, Tafnes y Menfis, y en la región de Patros:


»Aquel día pertenece al Señor, al Señor de los Ejércitos. Será un día de venganza; se vengará de sus enemigos. La espada devorará hasta saciarse; con sangre apagará su sed. En la tierra del norte, a orillas del río Éufrates, para el Señor, el Señor de los Ejércitos, se ofrecerá un sacrificio.


Tú, que habitas en Egipto, prepara tu equipaje para el exilio, porque Menfis quedará desolada, en una ruina deshabitada.


En cuanto a Egipto: Este es el mensaje contra el ejército del faraón Necao, rey de Egipto, que en el año cuarto del gobierno de Joacim, hijo de Josías y rey de Judá, fue derrotado en Carquemis, junto al río Éufrates, por Nabucodonosor, rey de Babilonia:


»Y tú, hijo de hombre, profetiza y declara que esto afirma el Señor y Dios acerca de los amonitas y de sus insultos: »“La espada, la espada está desenvainada para la masacre; pulida está para devorar y centellear como relámpago.


»Así dice el Señor y Dios: »“Voy a destruir a todos los ídolos de Menfis; pondré fin a sus dioses falsos. No habrá más príncipe en Egipto y llenaré de temor la tierra.


Aunque escapen de la destrucción, los recogerá Egipto y los enterrará Menfis. Sus tesoros de plata se llenarán de ortigas, y los espinos invadirán sus tiendas de campaña.


«Pero ahora yo vengo contra ti», afirma el Señor de los Ejércitos. «Convertiré en humo tus carros de guerra y mataré a filo de espada a tus leoncillos. Pondré fin en el país a tus rapiñas y no volverá a oírse la voz de tus mensajeros».


Mis flechas se embriagarán de sangre y mi espada se hartará de carne: sangre de heridos y de cautivos, cabezas de líderes enemigos».