«En cuanto a mí —dice el Señor—, este es mi pacto con ellos: Mi Espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios, no se apartarán más de ti, ni de tus hijos ni de sus descendientes, desde ahora y para siempre», dice el Señor.
Jeremías 31:31 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 »Vienen días», afirma el Señor, «en que haré un nuevo pacto con Israel y con Judá. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. Biblia Nueva Traducción Viviente »Se acerca el día —dice el Señor—, en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y de Judá. Biblia Católica (Latinoamericana) Ya llega el día, dice Yavé, en que yo pactaré con el pueblo de Israel (y con el de Judá) una nueva alianza. La Biblia Textual 3a Edicion He aquí que vienen días, dice YHVH, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mirad que vienen días -oráculo de Yahveh-, en que sellaré con la casa de Israel y con la casa de Judá una nueva alianza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. |
«En cuanto a mí —dice el Señor—, este es mi pacto con ellos: Mi Espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios, no se apartarán más de ti, ni de tus hijos ni de sus descendientes, desde ahora y para siempre», dice el Señor.
«Vienen días», afirma el Señor, «en que de la simiente de David haré surgir un Renuevo justo; él reinará con sabiduría en la tierra, y practicará el derecho y la justicia.
Porque vienen días —afirma el Señor—, cuando yo haré volver del cautiverio a mi pueblo Israel y Judá; los traeré a la tierra que di a sus antepasados y la poseerán”», afirma el Señor.
«Vienen días —afirma el Señor—, en que sembraré en Israel y en Judá la simiente de hombres y de animales.
Haré con ellos un pacto eterno: nunca dejaré de estar con ellos para mostrarles mi favor; pondré mi temor en sus corazones, así no se apartarán de mí.
Y haré con ellos un pacto de paz. Será un pacto eterno. Y los estableceré y haré que se multipliquen; pondré mi santuario entre ellos para siempre.
«Vienen días», afirma el Señor, «en los cuales el que ara alcanzará al segador y el que pisa las uvas, al sembrador. Los montes destilarán vino dulce, el cual correrá por todas las colinas.
Esto es mi sangre del pacto que es derramada por muchos para el perdón de pecados.
De la misma manera, tomó la copa después de cenar y dijo: —Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por ustedes.
De la misma manera, tomó la copa después de cenar y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; hagan esto cada vez que beban de ella en memoria de mí».
Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra, sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.
Paz y misericordia desciendan sobre todos los que siguen esta norma y sobre el Israel de Dios.
Porque la circuncisión somos nosotros, los que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos.
a Jesús, el mediador de un nuevo pacto; y a la sangre rociada, que habla mejor que la de Abel.
El Dios de paz levantó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, a nuestro Señor Jesús, por la sangre del pacto eterno.
Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida, ahora que él ha muerto para liberarlos de las transgresiones cometidas bajo el primer pacto.