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Isaías 66:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Así dice el Señor: «El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué casa me pueden construir? ¿Dónde estará el lugar de mi reposo?

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Esto dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Podrían acaso construirme un templo tan bueno como ese? ¿Podrían construirme un lugar de descanso así?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Así se expresa Yavé: ¡El cielo es mi trono y la tierra la tarima para mis pies! ¿Qué casa podrían ustedes edificarme, o en qué parte fijarían mi lugar de reposo,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Así dice YHVH: Los cielos son mi trono, y la tierra estrado de mis pies: ¿Dónde está la casa que me habréis de edificar, Y dónde el lugar de mi reposo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Así dice Yahveh: 'El cielo es mi trono, y la tierra el escabel de mis pies. ¿Qué templo me edificaréis y cuál el lugar de mi descanso?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Así dice Jehová: El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde está el lugar de mi reposo?

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Lòt tradiksyon



Isaías 66:1
20 Referans Kwoze  

»Pero ¿será posible que tú, Dios mío, habites en la tierra? Si los cielos, por altos que sean, no pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!


Puesto de pie, el rey David dijo: «Hermanos de mi pueblo, escúchenme. Yo tenía en mi corazón construir un templo para que en él reposara el arca del pacto del Señor nuestro Dios y sirviera como estrado de sus pies. Ya tenía todo listo para construirlo


»Voy a edificar un templo majestuoso, pues nuestro Dios es el más grande de todos los dioses.


»Pero ¿será posible que tú, Dios mío, habites en la tierra con la humanidad? Si los cielos, por altos que sean, no pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!


El Señor está en su santo Templo, en los cielos tiene el Señor su trono y atentamente observa al ser humano; con sus propios ojos lo examina.


«Vayamos hasta su morada; postrémonos ante el estrado de sus pies».


¡Exalten al Señor nuestro Dios! ¡Póstrense ante su santo monte! ¡Santo es el Señor nuestro Dios!


Porque lo dice el Alto y Excelso, el que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados.


»Te llegará la gloria del Líbano, con los cipreses, junto a los pinos y los abetos, para embellecer el lugar de mi santuario. Glorificaré el lugar donde reposan mis pies.


«¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo?», afirma el Señor. «¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?», afirma el Señor.


Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones —dice el Señor de los Ejércitos—.


Pues yo les digo que aquí está algo más grande que el Templo.


Pero él dijo: —¿Ven todo esto? Les aseguro que no quedará piedra sobre piedra, pues todo será derribado.


»El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres,