Se dice a sí mismo: «Dios se ha olvidado. Se cubre el rostro. Nunca ve nada».
Isaías 5:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 ¡Ay de los que arrastran iniquidad con cuerdas de mentira y el pecado con sogas de carreta! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta, Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Qué aflicción para los que arrastran sus pecados con sogas hechas de mentiras, que arrastran detrás de sí la maldad como si fuera una carreta! Biblia Católica (Latinoamericana) Desgraciados de aquellos que arrastran su maldad
con la cuerda de sus engaños,
y arrastran el pecado
como los tiros de un carro. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Ay de los que arrastran la iniquidad con cuerdas de bueyes, Y el pecado con sogas de carretas!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Ay de quienes arrastran la culpa con cuerdas de falsedad, y el pecado como con sogas de carreta! Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta, |
Se dice a sí mismo: «Dios se ha olvidado. Se cubre el rostro. Nunca ve nada».
Dice el necio en su corazón: «No hay Dios». Están corrompidos, sus obras son detestables; ¡no hay uno solo que haga lo bueno!
Cree que merece alabanzas, al punto de no hallar aborrecible su propio pecado.
Ustedes dicen: «Hemos hecho un convenio con la muerte; hemos hecho una alianza con el sepulcro. Cuando venga una calamidad abrumadora, no nos podrá alcanzar, porque hemos hecho de la mentira nuestro refugio y del engaño nuestro escondite».
La tierra está llena de adúlteros, por causa de la maldición está de luto y los pastos del desierto se han secado. Los profetas corren tras la maldad, y usan su poder para la injusticia.
Y entre los profetas de Jerusalén he observado cosas terribles: cometen adulterio y viven en la mentira; fortalecen las manos de los malhechores, ninguno se convierte de su maldad. Todos ellos son para mí como Sodoma; los habitantes de Jerusalén son como Gomorra».
«¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo?», afirma el Señor. «¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?», afirma el Señor.
A medida que Yehudi terminaba de leer tres o cuatro columnas, el rey las cortaba con un estilete de escriba y las echaba al fuego del brasero. Así lo hizo con todo el rollo, hasta que este se consumió en el fuego.
Los profetas profieren mentiras, los sacerdotes gobiernan a su antojo, ¡y mi pueblo tan campante! Pero ¿qué van a hacer ustedes cuando todo haya terminado?
Porque ustedes han descorazonado al justo con sus mentiras, sin que yo lo haya afligido. Han alentado al malvado para que no se convierta de su mala conducta y se salve.
En aquel tiempo registraré Jerusalén con lámparas para castigar a los que reposan tranquilos como vino en su sedimento, a los que piensan: “El Señor no va a hacer nada, ni para bien ni para mal”.
Los expulsarán de las sinagogas; y llegará el día en que cualquiera que los mate pensará que está prestando un servicio a Dios.
»Pues bien, yo mismo estaba convencido de que debía hacer todo lo posible por combatir el nombre de Jesús de Nazaret.
Y Micaías dijo: «Ahora sé que el Señor me hará prosperar, porque tengo a un levita como sacerdote».
Este Micaías tenía un santuario. Hizo un efod y algunos ídolos familiares, y consagró a uno de sus hijos como sacerdote.