Y nuestros enemigos maquinaban: «Les caeremos por sorpresa y los mataremos; así haremos que la obra se suspenda».
Isaías 47:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Pero vendrá sobre ti una desgracia que no sabrás conjurar; caerá sobre ti una calamidad que no podrás evitar. Una catástrofe que ni te imaginas vendrá de repente sobre ti. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá de repente sobre ti. Biblia Nueva Traducción Viviente Por eso te alcanzará el desastre, y serás incapaz de alejarlo por medio de encantos. La calamidad caerá sobre ti, y no podrás comprar tu libertad. Una catástrofe te sorprenderá, una para la cual no estás preparada. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero te va a ocurrir una desgracia
que no podrás evitar,
una calamidad caerá sobre ti,
y no podrás hacerle el quite.
De repente te va a pasar algo
muy grave, en lo que no pensabas. La Biblia Textual 3a Edicion Pero vendrá sobre ti una desgracia que no sabrás conjurar, Caerá sobre ti una calamidad de la que no te podrás librar; Antes que puedas darte cuenta, la devastación vendrá sobre ti de repente. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero te vendrá una desgracia que no sabrás conjurar; te caerá una calamidad que no podrás alejar. Te vendrá de repente un desastre que no te imaginas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por tanto vendrá sobre ti mal, que no sabrás ni de dónde vino; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que no conoces, vendrá de repente sobre ti. |
Y nuestros enemigos maquinaban: «Les caeremos por sorpresa y los mataremos; así haremos que la obra se suspenda».
que la ruina los tome por sorpresa; que caigan en su propia trampa, en la fosa que ellos mismos cavaron.
»Ustedes que se olvidan de Dios, consideren lo que he dicho; de lo contrario, los haré pedazos, y no habrá nadie que los salve.
¡Que sorprenda la muerte a mis enemigos! ¡Que desciendan vivos a los dominios de la muerte, pues en ellos habita la maldad!
¡Giman, que el día del Señor está cerca! Llega de parte del Todopoderoso como una devastación.
Pero la multitud de tus enemigos quedará hecha polvo fino, y la multitud de violentos será como la paja que se lleva el viento. De repente, en un instante,
Por eso su iniquidad se alzará frente a ustedes como un muro alto y agrietado, a punto de derrumbarse: ¡de repente, en un instante, se desplomará!
Entonces el ángel del Señor salió y mató a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio. A la mañana siguiente, cuando los demás se levantaron, allí estaban tendidos todos los cadáveres.
Yo formo la luz y creo las tinieblas, traigo bienestar y creo calamidad; Yo, el Señor, hago todas estas cosas.
De repente, en un solo día, ambas cosas te sorprenderán: la pérdida de tus hijos y la viudez te abrumarán por completo, a pesar de tus muchas hechicerías y de tus poderosos encantamientos.
Nunca habías oído ni entendido; nunca antes se te había abierto el oído. Yo sé bien que eres muy traicionero y que desde tu nacimiento te llaman rebelde.
El justo perece y a nadie le importa; mueren los siervos fieles y nadie comprende que el justo perece para ser librado del mal.
La tierra tiembla y se sacude; se cumplen los planes del Señor contra Babilonia al convertirla en un desierto desolado donde nadie ha de habitar.
Desoladas han quedado sus ciudades: como tierra desolada, como un desierto. Nadie habita allí; nadie pasa por ese lugar.
Pero de pronto Babilonia cayó hecha pedazos. ¡Giman por ella! Traigan bálsamo para su dolor; tal vez pueda ser curada.
»La gente ha escuchado mi gemir, pero no hay quien me consuele. Todos mis enemigos conocen mi pesar y se alegran de lo que has hecho conmigo. ¡Manda ya tu castigo anunciado, para que sufran lo que he sufrido!
Una tras otra vendrán las desgracias, al igual que las malas noticias. Del profeta demandarán visiones; la instrucción se alejará del sacerdote y a los ancianos del pueblo no les quedarán consejos.
Y enojado, su señor lo entregó a los carceleros para que lo torturaran hasta que pagara todo lo que debía.
Comían, bebían, se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y los destruyó a todos.
Cuando la gente esté diciendo: «Paz y seguridad», vendrá de improviso sobre ellos la destrucción, como llegan los dolores de parto a la mujer embarazada. De ninguna manera podrán escapar.
Así que recuerda lo que has recibido y oído; obedécelo y arrepiéntete. Si no te mantienes despierto, cuando menos lo esperes caeré sobre ti como un ladrón.