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Isaías 25:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Has convertido la ciudad en un montón de escombros, la ciudad fortificada en una ruina. Ya no existe la ciudad, la fortaleza de extranjeros; nunca más volverá a ser reconstruida.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Porque convertiste la ciudad en montón, la ciudad fortificada en ruina; el alcázar de los extraños para que no sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tú conviertes ciudades poderosas en montones de ruinas; ciudades con murallas fuertes se convierten en escombros. Hermosos palacios en tierras lejanas desaparecen y jamás serán reconstruidos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Has hecho de la ciudad un montón de escombros, y de la fortaleza una ruina; el bastión de los extranjeros ya no es una ciudad, y nadie la reconstruirá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Convertiste la ciudad en escombros, Y la plaza fuerte en ruinas, Y el palacio de los extranjeros en algo que nunca será reedificado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

pues hiciste de la ciudad una escombrera, de la villa fortificada un derribo, de la ciudadela de los insolentes una no-ciudad, que jamás será reconstruida.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque convertiste la ciudad en montón, la ciudad fortificada en ruina; el palacio de extranjeros para que no sea ciudad; nunca más será reedificada.

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Lòt tradiksyon



Isaías 25:2
24 Referans Kwoze  

Lo que él derriba, nadie lo levanta; a quien él apresa, nadie puede liberarlo.


Nunca más volverá a ser habitada ni poblada en los tiempos venideros. No volverá a acampar allí el beduino, ni hará el pastor descansar a su rebaño.


Allí descansarán las fieras del desierto; sus casas se llenarán de chacales. Allí habitarán los avestruces y brincarán las cabras salvajes.


En sus fortalezas aullarán las hienas y en sus lujosos palacios, los chacales. Su hora está por llegar y no se prolongarán sus días.


«La convertiré en lugar de lechuzas, en charco de agua estancada; la barreré con la escoba de la destrucción», afirma el Señor de los Ejércitos.


Profecía contra Damasco: «¡Miren a Damasco! ¡Ya no será una ciudad! ¡Será convertida en un montón de escombros!


Efraín perderá la ciudad fortificada; Damasco se quedará sin realeza. El remanente de Aram será como la gloria de los israelitas», afirma el Señor de los Ejércitos.


¡Ahí viene un hombre en un carro de combate tirado por un par de caballos! Y este es su mensaje: “¡Ha caído, ha caído Babilonia! ¡Todas las imágenes de sus dioses han rodado por el suelo!”».


El Señor ha extendido su mano sobre el mar y ha puesto a temblar a los reinos; ha ordenado destruir las fortalezas de Canaán.


¡Mira la tierra de los babilonios! ¡Ese pueblo ya no existe! Asiria la ha convertido en refugio de las fieras del desierto; levantaron torres de asedio, demolieron sus fortalezas y las convirtieron en ruinas.


La ciudad del caos yace devastada; cerrado está el acceso a toda casa.


Derribará, hará caer y abatirá tus muros altos y fortificados, hasta dejarlos hechos polvo sobre la tierra.


Él hace caer a los que habitan en lo alto y humilla a la ciudad enaltecida: la abate hasta dejarla por el suelo, la derriba hasta dejarla hecha polvo.


En ruinas está la ciudad fortificada; es un sitio sin habitantes, abandonado como el desierto. Allí se echa el ternero, allí pace y deshoja las ramas.


La fortaleza será abandonada, y desamparada la ciudad populosa; para siempre convertidas en cuevas quedarán la torre y la fortaleza; convertidas en deleite de asnos salvajes, en pastizal de rebaños,


Aunque el granizo arrase con el bosque y la ciudad sea completamente allanada,


Los espinos invadirán sus palacios; las ortigas y las zarzas, sus fortalezas. Se volverá guarida de chacales y nido de avestruces.


»¿No te has dado cuenta? Hace mucho tiempo que lo he preparado. Desde tiempo atrás lo vengo planeando y ahora lo he llevado a cabo; por eso tú has dejado en ruinas a las ciudades fortificadas.


No volverán a tomar de ti piedra angular, ni piedra de cimiento, porque para siempre quedarás desolada», afirma el Señor.


«Convertiré a Jerusalén en un montón de ruinas, en una guarida de chacales. Convertiré en ruinas las ciudades de Judá; ¡las dejaré sin habitantes!».


Lleva todo el botín a la plaza pública y préndele fuego a la ciudad y a todo el botín. Será una ofrenda totalmente quemada para el Señor tu Dios. La ciudad se quedará para siempre en ruinas y no volverá a ser reedificada.


Se echaron polvo en la cabeza, llorando y lamentándose a gritos: «¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad con cuya opulencia se enriquecieron todos los dueños de flotas navieras! ¡En una sola hora ha quedado destruida!