Los que te ven, clavan la mirada en ti y reflexionan en cuanto a tu destino: «¿Y este es el que sacudía a la tierra y hacía temblar a los reinos,
Isaías 14:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 el que dejaba el mundo hecho un desierto, el que arrasaba sus ciudades y nunca dejaba libres a los presos?». Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Es este el que destruyó el mundo y lo convirtió en una tierra baldía? ¿Es este el rey que demolía las grandes ciudades del mundo y no tenía compasión de sus prisioneros?”. Biblia Católica (Latinoamericana) que convertía al mundo en un desierto, que destruía las ciudades y nunca abría la cárcel a sus presos. La Biblia Textual 3a Edicion Que convirtió el mundo en un desierto, Que asoló sus ciudades, Y a sus presos nunca abrió la cárcel? Biblia Serafín de Ausejo 1975 hacía del mundo un desierto, destruía sus ciudades, mantenía cautivos a sus prisioneros?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) que puso al mundo como un desierto, que asoló sus ciudades; que a sus presos nunca abrió la cárcel? |
Los que te ven, clavan la mirada en ti y reflexionan en cuanto a tu destino: «¿Y este es el que sacudía a la tierra y hacía temblar a los reinos,
Levantaré a Ciro en justicia; allanaré todos sus caminos. Él reconstruirá mi ciudad y pondrá en libertad a mis cautivos, pero no por precio ni soborno. Lo digo yo, el Señor de los Ejércitos».
»El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura?
Tus ciudades santas han quedado devastadas y hasta Sión se ha vuelto un desierto; Jerusalén ha quedado en ruinas.
Así dice el Señor de los Ejércitos: «Israel y Judá son pueblos oprimidos; sus enemigos los tienen apresados, no los dejan en libertad.
Todos los que sembraban el terror en la tierra de los vivientes yacen muertos, víctimas de la espada. Ahora están sepultados en lo más profundo de la fosa, tendidos alrededor de su tumba.
Extenderé mi mano contra ellos; convertiré en tierra desolada su país y todo lugar donde habiten, desde el desierto hasta Riblá. ¡Entonces sabrán que yo soy el Señor!”».
El fuego devora delante de ellos; detrás, las llamas arden. Antes de su llegada, el país se parece al jardín del Edén; después, queda un desolado desierto. ¡Nada escapa de su poder!
Son un pueblo temible y espantoso, que impone su propia justicia y promueve su propia honra.