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Hechos 13:33 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Dios nos la ha cumplido plenamente a nosotros, los descendientes de ellos, al resucitar a Jesús. Como está escrito en el segundo salmo: »“Tú eres mi Hijo; hoy mismo te he engendrado”.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Y ahora Dios nos la cumplió a nosotros, los descendientes, al resucitar a Jesús. Esto es lo que el segundo salmo dice sobre Jesús: “Tú eres mi Hijo. Hoy he llegado a ser tu Padre”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y que cumplió para nosotros, sus hijos, al resucitar a Jesús, como está escrito en el Salmo: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

pues Dios la ha cumplido a nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, como también está escrito en el salmo segundo: Mi hijo eres Tú, Yo te he engendrado hoy.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dios la ha cumplido en favor de los hijos, que somos nosotros, suscitando a Jesús, como ya estaba escrito en el Salmo segundo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros; resucitando a Jesús; como también en el salmo segundo está escrito: Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.

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Lòt tradiksyon



Hechos 13:33
10 Referans Kwoze  

Yo proclamaré el decreto del Señor: «Tú eres mi hijo», me ha dicho, «hoy mismo te he engendrado.


Así, pues, cuando se levantó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús.


Pero Dios lo levantó de entre los muertos.


Dios lo resucitó para que no volviera jamás a la corrupción. Así se cumplieron estas palabras: »“Yo les daré las bendiciones santas y seguras prometidas a David”.


Pero aquel a quien Dios resucitó no sufrió la corrupción de su cuerpo.


Sin embargo, Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque era imposible que la muerte lo mantuviera bajo su dominio.


A este Jesús, Dios lo resucitó y de ello todos nosotros somos testigos.


y enseguida se dedicó a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios.


Tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que Dios le dijo: «Tú eres mi Hijo; hoy mismo te he engendrado».