El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, vestidos con sus trajes reales y sentados en sus respectivos tronos, estaban en la plaza a la entrada de Samaria con todos los que profetizaban en su presencia.
Hechos 12:21 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 El día señalado, Herodes, vestido con su ropaje real y sentado en su trono, dirigió un discurso al pueblo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó. Biblia Nueva Traducción Viviente y así se les concedió una cita con Herodes. Cuando llegó el día, Herodes se puso sus vestiduras reales, se sentó en su trono y les dio un discurso. Biblia Católica (Latinoamericana) El día señalado, Herodes, vestido con el manto real, se sentó en la tribuna y les dirigió la palabra. La Biblia Textual 3a Edicion Y un día señalado, Herodes, vestido de ropa regia y sentado en el tribunal, los arengaba. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En el día prefijado, Herodes, ataviado con la vestidura real y sentado en su trono, los estaba arengando. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y un día señalado, Herodes vestido de ropa real, se sentó en su trono, y les arengó. |
El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, vestidos con sus trajes reales y sentados en sus respectivos tronos, estaban en la plaza a la entrada de Samaria con todos los que profetizaban en su presencia.
Sus oídos perciben sonidos espantosos; cuando está en paz, los salteadores lo atacan.
Por eso la muerte ensancha su garganta, y desmesuradamente abre su boca. Allí bajan nobles y plebeyos con sus juergas y diversiones.
Por eso llamamos dichosos a los soberbios, pues prosperan los que hacen lo malo e incluso cuando desafían a Dios escapan ilesos”».
Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues, por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño».
Herodes estaba furioso con los de Tiro y de Sidón, pero ellos se pusieron de acuerdo y se presentaron ante él. Habiéndose ganado el favor de Blasto, hombre de confianza del rey, pidieron paz, porque su región dependía del país del rey para obtener sus provisiones.
Cinco días después, el sumo sacerdote Ananías bajó a Cesarea con algunos de los líderes religiosos y un abogado llamado Tértulo, para presentar ante el gobernador las acusaciones contra Pablo.
Al día siguiente Agripa y Berenice se presentaron con gran pompa, y entraron en la sala de la audiencia acompañados por oficiales de alto rango y por las personalidades más distinguidas de la ciudad. Festo mandó que trajeran a Pablo