De hecho, has derrotado a los edomitas y actúas con arrogancia. Está bien, jáctate si quieres, pero quédate en casa. ¿Para qué provocas una desgracia que significará tu perdición y la de Judá?».
Habacuc 2:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Además, el vino es traicionero; por eso el soberbio no permanecerá. Pues ensancha su garganta como el sepulcro, y es insaciable como la muerte. Reúne en torno suyo a todas las naciones y toma cautivos a todos los pueblos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y también, el que es dado al vino es traicionero, hombre soberbio, que no permanecerá; ensanchó como el Seol su alma, y es como la muerte, que no se saciará; antes reunió para sí todas las gentes, y juntó para sí todos los pueblos. Biblia Nueva Traducción Viviente La riqueza es traicionera y los arrogantes nunca están tranquilos. Abren la boca tan grande como una tumba, y como la muerte nunca están satisfechos. En su avaricia juntaron a muchas naciones y devoraron a muchos pueblos. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Ciertamente es traidora la riqueza! El hombre es un tonto, y no gana nada el que ensancha su codicia y se pone insaciable igual que la muerte, que se apodera de todas las naciones y acapara para él todos los pueblos. La Biblia Textual 3a Edicion El hombre arrogante, traicionado por el vino, no se queda en casa; ensancha como el Seol su alma, y es como la Muerte, que nunca se sacia. Aunque despoje a todos los pueblos y se adueñe de todas las naciones, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ciertamente la riqueza engaña al hombre altivo e infatigable que dilata sus fauces como el seol y es insaciable como la muerte, que se apodera de todas las naciones y se adueña de todos los pueblos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y también, por cuanto peca por el vino, es un hombre soberbio, y no queda en casa; el cual ensancha como el infierno su alma, y es como la muerte, que no se sacia; antes reúne para sí todas las naciones, y amontona para sí todos los pueblos. |
De hecho, has derrotado a los edomitas y actúas con arrogancia. Está bien, jáctate si quieres, pero quédate en casa. ¿Para qué provocas una desgracia que significará tu perdición y la de Judá?».
El Señor es excelso, pero toma en cuenta al humilde y reconoce de lejos al orgulloso.
El vino lleva a la insolencia y la cerveza al escándalo; ¡nadie bajo sus efectos se comporta sabiamente!
Orgulloso, arrogante e insolente es quien se comporta con desmedida soberbia.
La Muerte y el Destructor jamás se dan por satisfechos, y tampoco los ojos del hombre.
Quien ama el dinero, de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente. ¡También esto es vanidad!
que con furia y continuos golpes castigaba a los pueblos, que con implacable enojo dominaba y perseguía a las naciones.
Hemos sabido que Moab es extremadamente orgulloso; hemos sabido de su soberbia, de su orgullo y arrogancia, de su charlatanería sin sentido.
La altivez de la humanidad será abatida y la arrogancia humana será humillada. En aquel día solo el Señor será exaltado
¡Ellos tienden las mesas, extienden los tapices, y comen y beben! ¡Oficiales, pónganse de pie! ¡Levántense y brillen los escudos!
Por eso la muerte ensancha su garganta, y desmesuradamente abre su boca. Allí bajan nobles y plebeyos con sus juergas y diversiones.
¡Ay de aquellos que acaparan casa tras casa y se apropian de campo tras campo hasta que no dejan lugar para nadie más, y terminan viviendo solos en la tierra!
yo haré que vengan todos los pueblos del norte y también mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia. Los traeré contra esta tierra, contra sus habitantes y contra todas las naciones vecinas, y los destruiré por completo: ¡los convertiré en objeto de horror, de burla y de eterna ruina!”, afirma el Señor.
»Recluten contra Babilonia a los arqueros, a todos los que tensan el arco; acampen a su alrededor y que no escape ninguno. Retribúyanle según sus obras, hagan con ella como hizo con otros. Porque ella ha desafiado al Señor, al Santo de Israel.
Cuando entre en calor, serviré la bebida; lo embriagaré para que se divierta. Así dormirá un sueño eterno del que ya no despertará», afirma el Señor.
El malvado los saca a todos con anzuelo, los arrastra con sus redes, los recoge entre sus mallas, y así se alegra y regocija.
a procurar vivir tranquilos, a ocuparse de sus propias responsabilidades y a trabajar con sus propias manos. Así les he mandado
Pero él nos da más gracia. Por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes».