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Génesis 37:27 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

En vez de eliminarlo, vendámoslo a los ismaelitas; a fin de cuentas, es nuestro propio hermano. Sus hermanos estuvieron de acuerdo con él,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En lugar de hacerle daño, vendámoslo a esos mercaderes ismaelitas. Después de todo, es nuestro hermano, ¡de nuestra misma sangre!». Así que sus hermanos estuvieron de acuerdo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Mejor vendámoslo a esos ismaelitas y no pongamos nuestras manos sobre él, pues es nuestro hermano y carne nuestra. Sus hermanos le hicieron caso,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Vendámoslo a los ismaelitas y no sea nuestra mano contra él, pues es nuestro hermano, nuestra carne. Y sus hermanos obedecieron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pongamos las manos en él, pues es nuestro hermano, carne nuestra es'. Y asintieron sus hermanos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Venid, y vendámoslo a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; que nuestro hermano es nuestra carne. Y sus hermanos acordaron con él.

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Lòt tradiksyon



Génesis 37:27
15 Referans Kwoze  

y Labán dijo: «Realmente, tú eres de mi propia sangre». Jacob había estado ya un mes con Labán


No derramen sangre. Arrójenlo en esta cisterna en el desierto, pero no le pongan la mano encima. Rubén dijo esto porque su intención era rescatar a José y devolverlo a su padre.


pero se decían unos a otros: —Sin duda estamos sufriendo las consecuencias de lo que hicimos con nuestro hermano. Aunque vimos su angustia cuando nos suplicaba que le tuviéramos compasión, no le hicimos caso. Por eso ahora nos vemos en aprietos.


Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente.


¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor haciendo lo que le desagrada? ¡Asesinaste a Urías el hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los amonitas!


Y aunque nosotros y nuestros hermanos somos de la misma sangre, y nuestros hijos y los suyos son iguales, a nosotros nos ha tocado vender a nuestros hijos e hijas como esclavos. De hecho, hay hijas nuestras sirviendo como esclavas, y no podemos rescatarlas, puesto que nuestros campos y viñedos están en poder de otros».


y allí recriminé: —Hasta donde nos ha sido posible, hemos rescatado a nuestros hermanos judíos que fueron vendidos a los paganos. ¡Y ahora son ustedes quienes venden a sus hermanos, después de que nosotros los hemos rescatado! Todos se quedaron callados, pues no sabían qué responder.


»El que secuestre a otro y lo venda, o al ser descubierto lo tenga aún en su poder, será condenado a muerte.


Pero si después de uno o dos días el esclavo se recupera, el agresor no será castigado porque el esclavo era de su propiedad.


¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida?


—¿Cuánto me dan y yo les entrego a Jesús? —propuso. Decidieron pagarle treinta monedas de plata.


para los inmorales y los que practican la homosexualidad, para los traficantes de esclavos, los mentirosos y los que juran con falsedad. En fin, la Ley es para todo lo que está en contra de la sana doctrina


cargamentos de canela y especias aromáticas; de incienso, mirra y perfumes; de vino y aceite; de harina refinada y trigo; de ganado vacuno y de ovejas; de caballos y carruajes; y hasta de seres humanos, vendidos como esclavos.


Un día Saúl dijo a David: —Aquí tienes a Merab, mi hija mayor. Te la entrego por esposa, con la condición de que me sirvas con valentía, peleando las batallas del Señor. Saúl pensaba: «Será mejor que no muera por mi mano, sino a mano de los filisteos».