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2 Samuel 12:15 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Dicho esto, Natán volvió a su casa. Y el Señor hirió al hijo que la esposa de Urías había dado a David, de modo que el niño cayó gravemente enfermo.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Después que Natán regresó a su casa, el Señor le envió una enfermedad mortal al hijo que David tuvo con la esposa de Urías.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Mientras Natán regresaba a su casa, Yavé hirió al hijo que la mujer de Urías había dado a David, que cayó enfermo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y Natán regresó a su casa. Y YHVH hirió al niño que la mujer de Urías había dado a luz a David, y se agravó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y Natán se marchó a su casa. Hirió Yahveh al niño que la mujer de Urías le había dado a David, y enfermó gravemente.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la esposa de Urías había dado a luz de David, y enfermó gravemente.

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Lòt tradiksyon



2 Samuel 12:15
9 Referans Kwoze  

Sin embargo, tu hijo sí morirá, pues con tus acciones has mostrado desprecio al Señor.


David se puso a rogar a Dios por él; ayunaba y pasaba las noches tirado en el suelo.


El Señor castigó al rey con una enfermedad de la piel hasta el día de su muerte. Y, como el rey Azarías tuvo que vivir aislado en una casa, su hijo Jotán quedó a cargo del palacio y del gobierno del país.


Durante el reinado de Abías, Jeroboán no pudo recuperar su poderío. Al final, el Señor lo hirió y Jeroboán murió.


Si escondes tu rostro, se aterran; si les quitas el aliento, mueren y vuelven al polvo.


Al instante, un ángel del Señor lo hirió porque no le había dado la gloria a Dios, y Herodes murió comido por gusanos.


»¡Vean ahora que yo soy único! No hay otro dios fuera de mí. Yo doy la muerte y devuelvo la vida, causo heridas y doy sanidad. Nadie puede librarse de mi mano.


Unos diez días después el Señor hirió a Nabal y así murió.


Y añadió: —Tan cierto como que el Señor vive, el Señor mismo lo herirá. O le llegará la hora de morir, o caerá en batalla.