yo arrancaré a Israel de la tierra que le he dado y repudiaré el templo que he consagrado en honor de mi Nombre. Entonces Israel será el objeto de burla de todos los pueblos.
2 Reyes 25:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 y prendió fuego al Templo del Señor, al palacio real y a todas las casas de Jerusalén, incluso a todos los edificios importantes. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas las casas de los príncipes quemó a fuego. Biblia Nueva Traducción Viviente Quemó por completo el templo del Señor, el palacio real y todas las casas de Jerusalén. Destruyó todos los edificios importantes de la ciudad. Biblia Católica (Latinoamericana) Quemó la casa de Yavé, el palacio real y todas las casas de Jerusalén. La Biblia Textual 3a Edicion Y quemó la Casa de YHVH, y el palacio real, y todas las casas de Jerusalem, y también prendió fuego a todas las casas de los nobles. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Incendió el templo de Yahveh, el palacio del rey y todas las casas de Jerusalén; prendió también fuego a todas las casas importantes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas las casas de los príncipes quemó a fuego. |
yo arrancaré a Israel de la tierra que le he dado y repudiaré el templo que he consagrado en honor de mi Nombre. Entonces Israel será el objeto de burla de todos los pueblos.
Y aunque ahora este templo es imponente, llegará el día en que todo el que pase frente a él quedará asombrado y, en son de burla, preguntará: “¿Por qué el Señor ha tratado así a este país y a este templo?”.
Incendiaron el Templo de Dios, derribaron los muros de Jerusalén, prendieron fuego a sus palacios y destruyeron todos los objetos de valor que allí había.
Pero, como nuestros antepasados provocaron a ira al Dios del cielo, él los entregó en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, el caldeo que destruyó este templo y que llevó al pueblo cautivo a Babilonia.
Oh Dios, los pueblos paganos han invadido tu herencia; han profanado tu santo Templo, han dejado en ruinas a Jerusalén.
No te enojes demasiado, Señor; no te acuerdes siempre de nuestras iniquidades. ¡Considera, por favor, que todos somos tu pueblo!
Pero si no obedecen en consagrar el día sábado y permiten que entren cargas por las puertas de Jerusalén en sábado, entonces prenderé fuego a sus puertas que no podrá ser apagado y que consumirá los palacios de Jerusalén’ ”».
¿Por qué has profetizado en el nombre del Señor que esta casa quedará como Siló y esta ciudad, desolada y deshabitada?». Y todo el pueblo que estaba en el Templo del Señor se abalanzó sobre Jeremías.
«Así dice el Señor, el Dios de Israel: “Ve y adviértele a Sedequías, rey de Judá, que así dice el Señor: ‘Voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, quien la incendiará.
Voy a dar una orden —afirma el Señor—, y los haré volver a esta ciudad. La atacarán y, luego de tomarla, la incendiarán. Dejaré a las ciudades de Judá en total ruina, sin habitantes».
Y aunque ustedes derrotaran a todo el ejército babilonio, y solo quedaran en sus campamentos algunos hombres heridos, estos se levantarían e incendiarían esta ciudad”».
Los babilonios regresarán para atacar esta ciudad; la capturarán y la incendiarán’ ”.
Los babilonios prendieron fuego al palacio real, a las casas del pueblo y derribaron los muros de Jerusalén.
llegaron de Siquén, Siló y Samaria ochenta hombres con la barba afeitada, la ropa rasgada y el cuerpo lleno de cortaduras que ellos mismos se habían hecho. Traían ofrendas de cereales e incienso para presentarlas en el Templo del Señor.
y prendió fuego al Templo del Señor, al palacio real y a todas las casas de Jerusalén, incluso a todos los edificios importantes.
»”Por lo tanto, lo mismo que hice con Siló haré con esta casa, que lleva mi Nombre y en la que ustedes confían, y con el lugar que di a ustedes y a sus antepasados.
El enemigo se adueñó de todos sus tesoros. Ella vio naciones paganas entrar en su santuario, a las que tú prohibiste entrar en tu asamblea.
El Señor ha rechazado su altar; ha abandonado su santuario. Ha puesto en manos del enemigo las murallas de sus palacios. ¡Lanzan gritos en la casa del Señor como en día de fiesta!
Y el Señor dijo al hombre vestido de tela de lino: «Métete entre las ruedas que están debajo de los querubines, toma un puñado de las brasas que están entre ellos y espárcelas por toda la ciudad». Y el hombre se metió allí, mientras yo miraba.
Incendiarán tus casas y en presencia de muchas mujeres ejecutarán la sentencia contra ti. Yo pondré fin a tu prostitución; ya no volverás a pagarles a tus amantes.
convertiré en ruinas sus ciudades y asolaré sus santuarios. No me complaceré más en el aroma de sus ofrendas, que me era grato.
Los dispersaré entre las naciones: desenvainaré la espada, los perseguiré hasta dejar desolada su tierra y en ruinas sus ciudades.
Por eso yo enviaré fuego sobre Judá que consumirá las fortalezas de Jerusalén».
Porque el Señor ha dado la orden: él destruirá en pedazos la casa grande y la casa pequeña hará pedazos.
Por lo tanto, por culpa de ustedes Sión será como un campo arado; Jerusalén quedará en ruinas y el monte del Templo se volverá un matorral.