Entonces llamaron al rey y salió a recibirlos Eliaquín, hijo de Jilquías, que era el administrador del palacio, junto con el cronista Sebna y el secretario Joa hijo de Asaf.
2 Reyes 22:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 fue e informó al rey: —Sus servidores han recogido el dinero que estaba en el Templo del Señor y se lo han entregado a los trabajadores y a los supervisores. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Viniendo luego el escriba Safán al rey, dio cuenta al rey y dijo: Tus siervos han recogido el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente Safán fue a ver al rey y le informó: «Tus funcionarios han entregado el dinero recaudado en el templo del Señor a los trabajadores y a los supervisores del templo». Biblia Católica (Latinoamericana) El secretario Safán fue luego a ver al rey y le entregó un informe, diciéndole: 'Tus servidores reunieron el dinero que estaba en la Casa y se lo entregaron a los obreros encargados de la casa de Yavé'. La Biblia Textual 3a Edicion Y el escriba Safán fue al rey, y trajo respuesta al rey, diciendo: Tus siervos han sacado la plata que se halló en la Casa, y la han entregado en mano de los obreros que reparan la Casa de YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se presentó luego Safán, el secretario, al rey para darle cuenta de las obras y le dijo: 'Tus servidores han recogido el dinero que había en el templo y lo han puesto en manos de los capataces encargados de las obras del templo de Yahveh'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Vino luego Safán, el escriba al rey, y dio al rey la respuesta, y dijo: Tus siervos han recogido el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen cargo de la casa de Jehová. |
Entonces llamaron al rey y salió a recibirlos Eliaquín, hijo de Jilquías, que era el administrador del palacio, junto con el cronista Sebna y el secretario Joa hijo de Asaf.
El cronista Safán también informó al rey que el sumo sacerdote Jilquías le había entregado un libro, el cual leyó en su presencia.
y dio esta orden a Jilquías el sacerdote, a Ajicán, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Micaías, a Safán el cronista, y a Asaías, su ministro personal:
En el año dieciocho de su reinado, el rey Josías mandó a su cronista Safán, hijo de Asalías y nieto de Mesulán, que fuera al Templo del Señor. Le dijo:
El sumo sacerdote Jilquías dijo al cronista Safán: «He encontrado el libro de la Ley en el Templo del Señor». Entonces se lo entregó a Safán y este, después de leerlo,
Nabucodonosor, rey de Babilonia, nombró a Guedalías, hijo de Ajicán y nieto de Safán, para gobernar a la gente que había dejado en Judá.
Sin embargo, Ajicán, hijo de Safán, protegió a Jeremías y no permitió que cayera en manos del pueblo ni que lo mataran.
La carta fue enviada por medio de Elasá, hijo de Safán, y de Guemarías, hijo de Jilquías, a quienes Sedequías, rey de Judá, había enviado al rey Nabucodonosor, rey de Babilonia. Esta decía:
mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia. Se lo confiaron a Guedalías, hijo de Ajicán y nieto de Safán, para que lo llevaran de vuelta a su casa. Así Jeremías se quedó a vivir en medio del pueblo.
Todos los judíos que estaban en Moab, Amón y Edom, y en todos los otros países, se enteraron también de que el rey de Babilonia había dejado un remanente en Judá, y que había nombrado como gobernador a Guedalías, hijo de Ajicán y nieto de Safán.
Ismael, hijo de Netanías, se levantó con los diez hombres que lo acompañaban e hirió a filo de espada a Guedalías, hijo de Ajicán y nieto de Safán, quitándole la vida. Así hicieron con quien había sido nombrado gobernador del país por el rey de Babilonia.
Setenta ancianos israelitas estaban de pie frente a los ídolos, rindiéndoles culto. Entre ellos se encontraba Jazanías, hijo de Safán. Cada uno tenía en la mano un incensario, de ellos subía una fragante nube de incienso.