En tiempos de Pécaj, rey de Israel, Tiglat Piléser, rey de Asiria, invadió el país y conquistó Iyón, Abel Betmacá, Janoa, Cedes, Jazor, Galaad y Galilea, incluyendo todo el territorio de Neftalí; además, deportó a los habitantes a Asiria.
2 Reyes 16:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 El rey Acaz fue entonces a Damasco para encontrarse con Tiglat Piléser, rey de Asiria. Cuando vio el altar que había en la ciudad, el rey Acaz envió al sacerdote Urías un plano del altar, con un dibujo de todos los detalles. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Después fue el rey Acaz a encontrar a Tiglat-pileser rey de Asiria en Damasco; y cuando vio el rey Acaz el altar que estaba en Damasco, envió al sacerdote Urías el diseño y la descripción del altar, conforme a toda su hechura. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego el rey Acaz se dirigió a Damasco a encontrarse con Tiglat-pileser, rey de Asiria. Mientras estaba allí, observó detenidamente el altar y le envió un modelo del altar al sacerdote Urías, junto con el diseño bien detallado. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando el rey Ajaz fue a Damasco para entrevistarse con Teglat-Falazar, rey de Asur, vio un altar que había en Damasco; mandó un dibujo de ese altar y un modelo del mismo, con todos sus detalles, al sacerdote Urías. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando el rey Acaz fue a Damasco al encuentro de Tiglat-pileser rey de Asiria, observó el altar que había en Damasco, y el rey Acaz envió al sumo sacerdote Urías la representación del altar y sus medidas, según toda su hechura. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey Ajaz fue a Damasco al encuentro de Teglatfalasar, rey de Asiria. Y habiendo visto el altar que había en Damasco, el rey Ajaz envió al sacerdote Urías un diseño del altar y la descripción de toda su estructura. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el rey Acaz fue a Damasco a encontrar a Tiglat-pileser, rey de Asiria; y cuando vio el rey Acaz el altar que estaba en Damasco; envió al sacerdote Urías el diseño y la descripción del altar, conforme a toda su hechura. |
En tiempos de Pécaj, rey de Israel, Tiglat Piléser, rey de Asiria, invadió el país y conquistó Iyón, Abel Betmacá, Janoa, Cedes, Jazor, Galaad y Galilea, incluyendo todo el territorio de Neftalí; además, deportó a los habitantes a Asiria.
Entonces Urías construyó un altar según las instrucciones que el rey Acaz había enviado desde Damasco y lo terminó antes de que el rey regresara.
Construyó altares en el Templo del Señor, lugar del cual el Señor había dicho: «En Jerusalén pondré mi Nombre».
«Todo esto —dijo David— ha sido escrito por revelación del Señor, para darme a conocer el diseño de las obras».
Moisés puso entonces por escrito lo que el Señor había dicho. A la mañana siguiente, madrugó y levantó un altar al pie del monte, y en representación de las doce tribus de Israel consagró doce piedras.
Moisés, por su parte, inspeccionó la obra y, al ver que la habían hecho tal y como el Señor se lo había ordenado, los bendijo.
Yo convocaré como testigos confiables al sacerdote Urías y a Zacarías, hijo de Jeberequías».
Así dice el Señor: «No aprendan ustedes la conducta de las naciones ni se asusten ante las señales del cielo, aunque las naciones les tengan miedo.
Y, si se avergüenzan de todo lo que han hecho, hazles conocer el diseño del Templo y su estructura, con sus salidas y entradas, es decir, todo su diseño, al igual que sus estatutos y sus leyes. Pon todo esto por escrito ante sus ojos, para que sean fieles al diseño y cumplan todos sus estatutos.
Los israelitas profanaron mi santo nombre con sus abominaciones, pues colocaron su umbral y sus postes junto a los míos, con tan solo un muro entre ellos y yo. Por eso, en mi ira los exterminé.
Pero por haber servido al pueblo de Israel delante de sus ídolos y, además, por haber sido piedra de tropiezo, tendrán que pagar por su iniquidad. He jurado solemnemente con la mano en alto que deben recibir la consecuencia de sus pecados. Yo, el Señor y Dios, lo afirmo.
En ese caso, el tal hijo no tiene que honrar a su padre. Así por causa de la tradición anulan ustedes la palabra de Dios.
No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta.
después de haberlas destruido cuídate de no seguir su ejemplo y caer en la trampa de inquirir acerca de sus dioses. No preguntes: «¿Cómo adoraban estas naciones a sus dioses, para que yo pueda hacer lo mismo?».
»Por tanto, convenimos que, si algún día nos dijeran eso a nosotros o a nuestros descendientes, nosotros contestaríamos: “Miren la réplica del altar del Señor que nuestros antepasados construyeron, no para hacer sacrificios en él, sino como testimonio entre ustedes y nosotros”.
Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata,