Rizpa, hija de Ayá, tomó un saco y lo tendió para acostarse sobre la peña, y allí se quedó desde el comienzo de la siega hasta que llegaron las lluvias. No permitía que las aves en el día ni las fieras en la noche tocaran los cadáveres.
1 Samuel 17:44 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 añadió: —¡Ven acá, que voy a echar tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Ven aquí, y les daré tu carne a las aves y a los animales salvajes! —gritó Goliat. Biblia Católica (Latinoamericana) y en seguida le dijo: 'Ven para acá para entregarte como comida a los buitres y a las fieras'. La Biblia Textual 3a Edicion Y el filisteo dijo a David: ¡Ven a mí, que daré tu carne a las aves de los cielos y a las bestias del campo! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y añadió el filisteo a David: 'Acércate, que voy a entregar tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo, y a las bestias del campo. |
Rizpa, hija de Ayá, tomó un saco y lo tendió para acostarse sobre la peña, y allí se quedó desde el comienzo de la siega hasta que llegaron las lluvias. No permitía que las aves en el día ni las fieras en la noche tocaran los cadáveres.
los entregaré en manos de sus enemigos que atentan contra su vida. Sus cadáveres servirán de alimento a las aves de rapiña y a las fieras del campo.
Así dice el Señor: «Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza.
«Hijo de hombre, adviértele al rey de Tiro que así dice el Señor y Dios: »“Tu corazón se llenó de arrogancia y dijiste: ‘Yo soy un dios. Me encuentro en el corazón de los mares sentado en el trono de un dios’. ¡Pero tú eres un simple mortal, no un dios, aunque crees ser tan sabio como un dios!
Vi a un ángel que, parado sobre el sol, gritaba a todas las aves que vuelan en medio del cielo: «Vengan, reúnanse para la gran cena de Dios,
Entonces los soldados de la guarnición gritaron a Jonatán y a su escudero: —¡Vengan acá! Tenemos algo que decirles. —Ven conmigo —dijo Jonatán a su escudero—, porque el Señor ha dado la victoria a Israel.
Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel.