Entonces Natán dijo a David: —¡Tú eres ese hombre! Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre Israel y te libré de la mano de Saúl.
1 Reyes 20:42 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Y le dijo al rey: —Así dice el Señor: “Has dejado en libertad a un hombre que yo había condenado a muerte. Por lo tanto, pagarás su vida con la tuya y su pueblo con el tuyo”. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y él le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto soltaste de la mano el hombre de mi anatema, tu vida será por la suya, y tu pueblo por el suyo. Biblia Nueva Traducción Viviente El profeta le dijo: —Esto dice el Señor: “Por haberle perdonado la vida al hombre que yo dije que había que destruir ahora tú morirás en su lugar, y tu pueblo morirá en lugar de su pueblo”. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces dijo al rey: 'Escucha esta palabra de Yavé: Como dejaste que escapara el hombre que yo había condenado al anatema, tu vida pagará por la suya, y tu pueblo por su pueblo'. La Biblia Textual 3a Edicion Y le dijo: Así dice YHVH: Por cuanto soltaste de la mano al hombre que Yo había consagrado a la destrucción, ¡tu vida será por su vida, y tu pueblo por su pueblo! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y el profeta dijo al rey: 'Esto dice Yahveh: 'Por haber dejado tú escapar de tus manos al que yo había entregado a mi anatema, tu vida responderá por la suya y tu pueblo por su pueblo''. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él le dijo: Así dice Jehová: Por cuanto soltaste de la mano el hombre de mi anatema, tu vida será por su vida, y tu pueblo por su pueblo. |
Entonces Natán dijo a David: —¡Tú eres ese hombre! Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre Israel y te libré de la mano de Saúl.
Entonces Ben Adad le propuso: —Te devolveré las ciudades que mi padre le quitó al tuyo y podrás establecer zonas de mercado en Damasco, como lo hizo mi padre en Samaria. Acab respondió: —Sobre esa base, te dejaré en libertad. Y así firmó un tratado con él y lo dejó ir.
Cuando pasaba el rey, el profeta le gritó: —Este servidor suyo entró en lo más reñido de la batalla. Allí alguien se me presentó con un prisionero y me dijo: “Hazte cargo de este hombre. Si se te escapa, pagarás su vida con la tuya o con un talento de plata”.
En el acto, el profeta se quitó el antifaz y el rey de Israel se dio cuenta de que era uno de los profetas.
Algún tiempo después, Ben Adad, rey de Aram, movilizó todo su ejército para ir a Samaria y sitiarla.
—¿Por qué llora mi señor? —preguntó Jazael. —Porque yo sé bien que vas a causarles mucho daño a los israelitas —respondió—. Vas a incendiar sus fortalezas, y a matar a sus jóvenes a filo de espada; despedazarás a los niños y les abrirás el vientre a las mujeres embarazadas.
»”Ninguna persona así consagrada podrá ser rescatada, sino que será condenada a muerte.
Tú no obedeciste al Señor, pues no llevaste a cabo la furia de su castigo contra los amalecitas; por eso él te condena hoy.