Cuando el Señor aspiró el grato aroma se dijo: «Aunque las intenciones del ser humano son perversas desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por su culpa. Jamás volveré a destruir a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo.
Efesios 5:2 - La Palabra (versión española) y haced del amor la norma de vuestra vida, pues también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Biblia Nueva Traducción Viviente Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como esas ofrendas y víctimas cuyo olor agradable subía a Dios. La Biblia Textual 3a Edicion y andad en amor, como el Mesías también nos amó, y se entregó por nosotros en ofrenda y sacrificio a Dios para olor fragante.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Caminad en amor, como también Cristo os amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y víctima a Dios de calmante aroma. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros a Dios, ofrenda y sacrificio de dulce fragancia. |
Cuando el Señor aspiró el grato aroma se dijo: «Aunque las intenciones del ser humano son perversas desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por su culpa. Jamás volveré a destruir a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo.
y dejarás que todo se queme completamente sobre el altar. Este es un holocausto para el Señor, una ofrenda quemada cuyo olor le agrada.
Después, volverás a tomarlo de sus manos y lo quemarás en el altar, sobre los restos del anterior holocausto, como fragancia apaciguadora delante del Señor. Es una ofrenda que se quema en honor del Señor.
y después de lavar con agua las vísceras y las patas, el sacerdote hará que lo que está sobre el altar se queme completamente, pues es un holocausto, ofrenda de olor grato para el Señor.
Le rasgará las alas, pero no se las arrancará. El sacerdote hará que lo que está en el altar, encima de la leña que arde, se queme completamente, pues es un holocausto, ofrenda de olor grato para el Señor.
y lavarán con agua las vísceras y las patas. El sacerdote hará que lo que está sobre el altar se queme completamente, pues es un holocausto, ofrenda de olor grato para el Señor.
Y el sacerdote quemará esto sobre el altar como alimento ofrecido de olor grato para el Señor. Toda la grasa pertenece al Señor.
De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.
Os doy un mandamiento nuevo: Amaos unos a otros; como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo voy a dar es mi carne, entregada para que el mundo tenga vida.
de ser ministro de Cristo Jesús entre las naciones, ejerciendo el oficio sagrado de anunciar el evangelio de Dios, a fin de que los paganos se presenten como ofrenda agradable a Dios, consagrada por el Espíritu Santo.
a quien Dios entregó a la muerte por nuestros pecados y resucitó para ser nuestra salvación.
Es decir, lo que era imposible para la ley a causa de la debilidad humana, lo llevó a cabo Dios enviando a su propio Hijo, que compartió nuestra condición pecadora y, a fin de eliminar el pecado, dictó sentencia condenatoria contra el pecado a través de su naturaleza mortal.
Pero Dios, que nos ha amado, nos hace salir victoriosos de todas estas pruebas.
Eliminad todo resto de vieja levadura y sed masa nueva ya que sois panes pascuales, pues Cristo, que es nuestra víctima pascual, ya ha sido sacrificado.
Gracias sean dadas a Dios, que en todo momento nos asocia al cortejo triunfal de Cristo y que, valiéndose de nosotros, esparce por todas partes como suave aroma su conocimiento.
Porque tanto entre los que se salvan como entre los que se pierden, somos como buen olor que Cristo ofrece a Dios:
Ya conocéis cuál fue la generosidad de nuestro Señor Jesucristo: siendo rico como era, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza.
Jesucristo ha entregado su vida por nuestros pecados y nos ha liberado de esta era infestada de maldad, conforme a lo dispuesto por Dios nuestro Padre,
Ya no soy yo quien vive; es Cristo quien vive en mí. Mi vida en este mundo consiste en creer en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí.
Él nos ha elegido en la persona de Cristo antes de crear el mundo, para que nos mantengamos sin mancha ante sus ojos, como corresponde a consagrados a él. Amorosamente
Que Cristo habite, por medio de la fe, en el centro de vuestra vida y que el amor os sirva de cimiento y de raíz.
es el amor de Cristo; un amor que desborda toda ciencia humana y os colma de la plenitud misma de Dios.
Vivamos, en cambio, con autenticidad en el amor y esforcémonos por crecer en todo, puesta la mira en aquel que es la cabeza: Cristo.
Estad, pues, muy atentos a la manera que tenéis de comportaros, no como necios, sino como inteligentes.
Vosotros, los maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia. Por ella entregó su vida
porque el altar del Señor tu Dios deberá estar construido con piedras sin labrar. Sobre él ofrecerás holocaustos al Señor tu Dios;
Acuso, pues, recibo de todo, que ha sido más que suficiente. Me siento satisfecho con lo que me habéis enviado por medio de Epafrodito, y que es ofrenda de suave olor y sacrificio que Dios acepta con agrado.
En cuanto al amor fraterno, no hace falta que os diga nada por escrito, ya que el mismo Dios os ha enseñado a amaros los unos a los otros.
que se entregó a sí mismo como rescate por todos, como testimonio dado en el tiempo prefijado.
Que nadie te haga de menos por ser joven. Al contrario, que tu palabra, tu conducta, tu amor, tu fe y tu limpio proceder te conviertan en modelo para los creyentes.
Fue él quien se entregó por nosotros a fin de liberarnos de toda maldad y de prepararse un pueblo limpio y elegido, totalmente entregado a la práctica del bien.
Y como todo sumo sacerdote ha sido instituido para ofrecer dones y sacrificios, es preciso que también Cristo tenga algo que ofrecer.
¡Pues cuánto más eficaz será la sangre de Cristo que, bajo la acción del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como víctima sin mancha! ¡Cuánto más será capaz de limpiar nuestra conciencia de las acciones que causan la muerte para que podamos dar culto al Dios viviente!
Se necesitaban, pues, tales sacrificios para purificar lo que solo era esbozo de las realidades celestiales; pero estas mismas realidades celestiales precisaban de sacrificios más valiosos.
De no ser así, Cristo debería haber padecido muchas veces desde que el mundo es mundo; y, sin embargo, le ha bastado con manifestarse una sola vez ahora, en el momento culminante de la historia, destruyendo el pecado con el sacrificio de sí mismo.
Ante todo, amaos entrañablemente unos a otros, pues el amor alcanza el perdón de los pecados por muchos que sean.
Nosotros hemos conocido lo que es el amor en que Cristo dio su vida por nosotros; demos también nosotros la vida por los hermanos.
Y este es su mandamiento: que creamos en su Hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros conforme al precepto que él nos dio.
y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los resucitados y el dominador de todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha liberado con su muerte de nuestros pecados,
Y cantaban a coro este cántico nuevo: —Digno eres de recibir el libro y romper sus sellos, porque has sido degollado y con tu sangre has adquirido para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación,