Me-acuerdo de-Dios y-gimo medito y-desfallece mi-espíritu Sélah
No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba.
No me dejas dormir; ¡estoy tan afligido que ni siquiera puedo orar!
No me permite dormir, me perturbo y me faltan las palabras.
Mantienes mis ojos desvelados, Estoy turbado, y no puedo hablar.
Recordando al Señor, soy un gemido; meditando, el aliento se me encoge. Selah
Detienes los párpados de mis ojos: Estoy tan angustiado, que no puedo hablar.
En-la-noche aquella huyó el-sueño-de el-rey y-mandó traer --el-libro-de las-memorias-de las-crónicas-de los-días Y-fueron leídas delante-de el-rey
Y-se-sentaron con-él en-tierra siete días y-siete noches y-no-hablando a-él palabra porque venían que-grande-era el-dolor en-gran-manera
Pues-Ahora Más-que-la-arena de-los-mares pesaría por-eso mis-palabras son-desatinadas
Porque no-hay en-la-muerte recuerdo-de-ti en-el-Seol quién alabara-te