¡Que Dios te dé mucha lluvia y una tierra muy fértil! ¡Que te dé mucho trigo y mucho vino!
Proverbios 19:12 - Biblia Lenguaje Básico Cuando el rey se enfada, ruge como león furioso. Cuando el rey está contento, su favor es como rocío refrescante. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Como rugido de cachorro de león es la ira del rey, Y su favor como el rocío sobre la hierba. Biblia Nueva Traducción Viviente El enojo del rey es como el rugido del león, pero su favor es como el rocío sobre el pasto. Biblia Católica (Latinoamericana) El furor del rey es como el rugido del león, su benevolencia es como el rocío sobre la hierba. La Biblia Textual 3a Edicion Rugido de león es la ira del rey, Rocío sobre la hierba su favor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Como rugido de león es la ira del rey; como rocío sobre hierba su favor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Como rugido de león es la ira del rey; y su favor como el rocío sobre la hierba. |
¡Que Dios te dé mucha lluvia y una tierra muy fértil! ¡Que te dé mucho trigo y mucho vino!
es como la luz cuando amanece, como sol radiante en mañana sin nubes que hace crecer la hierba después de la lluvia».
Cuando el rey regresó del jardín y entró a la sala, vio que Amán estaba recostado sobre el sofá donde se encontraba Ester. Entonces el rey exclamó: —¡Solo eso me faltaba! ¡Que le faltes al respeto a mi mujer ante mis ojos y en mi propia casa! Cuando los guardias oyeron los gritos del rey, entraron y le cubrieron la cara a Amán. Uno de los guardias, llamado Jarboná, dijo: —En la casa de Amán hay una horca de veintidós metros de alto. Él la preparó para Mardoqueo, el judío que le salvó la vida al rey.
Es tan saludable como la lluvia que cae en el monte Hermón y baja hasta el monte de Jerusalén. A quienes viven allí, Dios los bendice con una larga vida.
Cuando el rey se enfurece es como un león que ruge; quien provoca su furor, pone en peligro su vida.
El gobernante malvado que maltrata a un pueblo pobre es como un león rugiente o un oso que está hambriento.
Porque así me ha dicho Dios: «Yo estoy tranquilo en mi morada y desde ella todo lo observo tranquilo, tanto la luz del sol en día de verano como la nube refrescante en medio del bochorno de la siega.
Al oír esto, el rey se puso muy contento y mandó que sacaran a Daniel del foso. Cuando lo sacaron, todos pudieron ver que los leones no le habían hecho ningún daño, porque él había confiado en su Dios.
Ya mi enfado se ha calmado. Haré que no vuelvan a ser rebeldes mostrándoles todo mi amor sin pedirles nada.
Ya puedes vivir confiado, Israel, y gozar de tranquilidad. Nunca te faltará pan ni vino, pues Dios regará tus campos.