Yo sé, Dios mío, que tú te das cuenta de nuestras intenciones y que te gusta que seamos sinceros. Por eso siento una gran alegría al comprobar que tanto yo como el pueblo hemos presentado nuestras ofrendas, de buena voluntad y con toda sinceridad.
Proverbios 17:3 - Biblia Lenguaje Básico El oro y la plata se prueban en el fuego; nuestras intenciones las pone a prueba Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; Pero Jehová prueba los corazones. Biblia Nueva Traducción Viviente El fuego prueba la pureza del oro y de la plata, pero el Señor prueba el corazón. Biblia Católica (Latinoamericana) Hay crisol para la plata, y horno para el oro; Yavé es el que sondea los corazones. La Biblia Textual 3a Edicion El crisol para la plata y la hornaza para el oro, Así YHVH prueba los corazones. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La plata se acrisola y el oro se depura; pero es Yahveh quien sondea los corazones. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; pero Jehová prueba los corazones. |
Yo sé, Dios mío, que tú te das cuenta de nuestras intenciones y que te gusta que seamos sinceros. Por eso siento una gran alegría al comprobar que tanto yo como el pueblo hemos presentado nuestras ofrendas, de buena voluntad y con toda sinceridad.
Él, en cambio, sabe dónde estoy; que me ponga a prueba, y saldré tan puro como el oro.
Tú, Dios mío, nos pusiste a prueba, nos has purificado como se purifica la plata.
Para Dios no están ocultos ni el abismo ni la perdición, ¡cuánto menos nuestros pensamientos!
El criado que es buen trabajador ocupará el puesto del hijo indigno, y se quedará con su herencia.
El oro y la plata se purifican en el fuego; y a las personas se las prueba viendo cuál es su reacción ante los elogios que reciben.
Yo os purifiqué de vuestra maldad por medio del sufrimiento, y no lo hice como se hace con la plata.
Únicamente yo, el Dios de Israel, conozco los corazones humanos y examino su interior para dar a cada uno según su conducta.
No olvidéis tampoco que en pleno desierto os dio de comer pan del cielo, un alimento que vuestros antepasados no conocieron. Tened presente que Dios os envió todas esas pruebas para vuestro bien.
No olvidéis todo lo que os ha ocurrido desde que salisteis de Egipto hasta llegar a este lugar atravesando el desierto. Durante cuarenta años Dios os ha hecho sufrir, para saber si sois sinceros y estáis dispuestos a obedecer sus mandatos.
La fe que tenéis en Dios es como el oro: igual que la calidad del oro se pone a prueba con el fuego, la fe que tenéis en Dios se pone a prueba con los problemas. Si pasáis la prueba, vuestra fe será más valiosa que el oro, pues el oro, aunque haya superado la prueba del fuego, se puede destruir. Así, cuando Jesucristo aparezca, hablará bien de la fe que tenéis en Dios, porque una fe que ha pasado por tantas pruebas merece ser alabada.