y anduvo durante un día entero por el desierto. Después se sentó debajo de un arbusto y estaba tan triste que se quería morir. Le decía a Dios: —¡Ya no aguanto más, Dios mío! Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados.
Números 14:2 - Biblia Lenguaje Básico No dejaban de criticar a Moisés y a Aarón diciendo: —¡Más valía que nos hubiéramos muerto en Egipto, o incluso en este desierto! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! Biblia Nueva Traducción Viviente Sus voces se elevaron en una gran protesta contra Moisés y Aarón: «¡Si tan solo hubiéramos muerto en Egipto o incluso aquí en el desierto! —se quejaban—. Biblia Católica (Latinoamericana) Los israelitas se enojaron con Moisés y Aarón y toda la comunidad les dijo: '¿Por qué no morimos mejor en Egipto? ¿Por qué no morimos mejor en el desierto?' La Biblia Textual 3a Edicion Y todos los hijos de Israel murmuraron contra Moisés y Aarón, y toda la asamblea les dijo: ¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto!, ¡Ojalá muriéramos en este desierto! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todos los israelitas murmuraron contra Moisés y Aarón, y la comunidad entera les dijo: '¡Ah, si hubiéramos muerto en tierra de Egipto, o si muriéramos al menos en este desierto! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y todos los hijos de Israel murmuraron contra Moisés y contra Aarón; y toda la congregación les dijo: ¡Quisiera Dios que hubiéramos muerto en la tierra de Egipto; quisiera Dios que hubiéramos muerto en este desierto! |
y anduvo durante un día entero por el desierto. Después se sentó debajo de un arbusto y estaba tan triste que se quería morir. Le decía a Dios: —¡Ya no aguanto más, Dios mío! Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados.
Hubiera sido mejor nacer muerto o morir en el momento de nacer. ¡Así nadie me habría abrazado ni me habría amamantado, y ahora estaría descansando en paz!
A pesar de esto, ellos rechazaron la tierra que Dios les dio y no confiaron en sus promesas.
a Moisés: —¿Por qué nos sacaste de Egipto? ¿Por qué nos trajiste a morir en el desierto? ¿Acaso no había en Egipto lugar para enterrarnos?
pero también se quejaron a Moisés diciéndole: —¿Y ahora qué vamos a beber?
Pero era tanta la sed que tenían, que siguieron criticando a Moisés. Le dijeron: —¿Para esto nos sacaste de Egipto? ¿Para matarnos de sed, junto con nuestros hijos y nuestros animales?
Pues mira, si tengo que ver estas cosas, prefiero que me quites la vida a seguir viviendo.
Entonces Dios mandó un viento tan caliente sobre la cabeza de Jonás que, a punto de desmayarse, deseó la muerte y gritó: —¡Prefiero morir a seguir viviendo!
Los israelitas siempre se quejaban amargamente ante Dios. Cuando Dios oyó sus quejas, se enfadó mucho y prendió un fuego que devoró uno de los lados del campamento.
Si vas a seguir tratándome así, mejor quítame la vida. Hazme ese favor y no prolongues por más tiempo mi sufrimiento.
¿Os acordáis del pescado que comíamos gratis en Egipto? Y qué sabrosos eran los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos que comíamos allí.
Bastante daño nos has hecho con sacarnos de un país como Egipto en donde siempre había abundancia de alimentos. Tú prometiste llevarnos a un territorio con muchos campos y muchas viñas, a una tierra que mana leche y miel. ¡Pero solo nos trajiste a morir a un desierto donde no hay nada bueno! ¿Y pretendes que te sigamos a ciegas? Pues no será así. ¡No iremos!
Al día siguiente, todo el pueblo se reunió y empezó a protestar contra Moisés y Aarón diciendo: —¡Por culpa vuestra el pueblo de Dios se muere!
Como en ese lugar no había agua, el pueblo se rebeló contra Moisés y Aarón.
Los israelitas se quejaban contra Moisés diciendo: —¡Mejor nos hubiéramos muerto también nosotros cuando Dios castigó a nuestros parientes!
¿Acaso nos sacaste de Egipto, a nosotros y a nuestros ganados, tan solo para hacernos morir en este desierto? ¿Para qué nos has traído a este lugar tan horrible? ¡Aquí no podemos sembrar higos, ni viñas, ni granadas! ¡Ni siquiera tenemos agua para beber!
y comenzó a protestar contra Dios. Le decían a Moisés: —¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿Solo para que muramos en el desierto? ¡No tenemos pan ni agua, y ya estamos cansados de esa comida tan miserable!
Tampoco debemos quejarnos, como hicieron algunos y por eso el ángel de la muerte los mató.
Al contrario, entrasteis en vuestras tiendas y comenzasteis a quejaros de Dios. Pensasteis que Dios debía odiaros, y que os había sacado de Egipto para entregaros a los amorreos y que estos os aniquilarían.
Además, cuando estabais en Cadés Barnea, Dios os ordenó que fuerais a conquistar la tierra prometida, pero no hicisteis caso de la orden de vuestro Dios, no creísteis en su promesa ni no lo obedecisteis.
¿Y quiénes fueron los que, habiendo escuchado a Dios, se rebelaron contra él? ¡Pues todos aquellos que Moisés sacó de Egipto!
Esta gente se queja de todo y lo critica todo. Son egoístas, entregados al vicio, orgullosos, y cuando parece que hablan bien de los demás, lo hacen solo para aprovecharse de ellos.