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Mateo 26:46 - Biblia Lenguaje Básico

¡Levantaos y venid conmigo, que ya está aquí el que me va a entregar!

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Levántense, vamos. ¡Miren, el que me traiciona ya está aquí!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Levántense, vamos! El traidor está a punto de llegar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Levantaos,° vamos; he aquí se acerca el que me entrega.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Levantaos, vamos; ya se acerca el que me va a entregar'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me traiciona.

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Lòt tradiksyon



Mateo 26:46
11 Referans Kwoze  

Luego volvió Jesús adonde estaban los tres discípulos y les dijo: —¿Aún seguís durmiendo? Mirad que ya vienen los malvados para apresarme a mí, el Hijo del hombre.


Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce discípulos. Con él venían muchos hombres armados con espadas y palos, pues los habían enviado los sacerdotes principales y los líderes del país.


Levantaos y venid conmigo, que ya está aquí el que me va a entregar.


Pero primero tengo que pasar por una prueba muy difícil, y sufro mucho hasta que llegue ese momento.


Jesús les dijo: —He deseado muchísimo comer con vosotros esta Pascua, antes de mi muerte.


Pero ahora, el que va a traicionarme está aquí, sentado a la mesa conmigo.


Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús debía subir al cielo, decidió ir a Jerusalén.


pero tiene que ser así para que todos sepan que yo amo a mi Padre y que lo que él me mandó, lo cumplo fielmente. Y para terminar, Jesús les dijo: —Levantaos; salgamos de aquí.


Entonces Pedro miró hacia atrás y vio que el discípulo preferido de Jesús estaba siguiéndolos. Ese discípulo era el mismo que estaba recostado sobre el pecho de Jesús en la cena de la Pascua, y el que preguntó a Jesús quién era el que iba a traicionarle.


Pero Pablo nos contestó: —¡No lloréis, porque me partís el corazón con vuestras lágrimas! Tanto amo al Señor Jesús, que por él estoy dispuesto a ir a la cárcel e incluso a morir en Jerusalén.


Cuando el filisteo se acercó para atacarlo, David también corrió hacia él