Nosotros te respondimos que nuestro padre ya era anciano y que había tenido dos hijos con Raquel, su mujer. Uno de ellos murió y solo queda el más joven, el que nació cuando él ya era viejo. Por eso nuestro padre lo quiere mucho.
Lucas 9:38 - Biblia Lenguaje Básico Un hombre que estaba entre esa gente se acercó y le dijo a Jesús: —Maestro, te ruego que ayudes a mi hijo que es el único que tengo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo; Biblia Nueva Traducción Viviente Un hombre de la multitud le exclamó: —Maestro, te suplico que veas a mi hijo, el único que tengo. Biblia Católica (Latinoamericana) De pronto un hombre de entre ellos empezó a gritar: 'Maestro, te lo suplico, mira a este muchacho, el único hijo que tengo. La Biblia Textual 3a Edicion Y he aquí un varón de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas atentamente a mi hijo, que es mi unigénito; Biblia Serafín de Ausejo 1975 De pronto, un hombre que estaba entre la multitud se puso a gritar: '¡Maestro, fíjate en mi hijo, por favor! Es mi único hijo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí, un hombre de la multitud clamó, diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo; porque es mi único hijo; |
Nosotros te respondimos que nuestro padre ya era anciano y que había tenido dos hijos con Raquel, su mujer. Uno de ellos murió y solo queda el más joven, el que nació cuando él ya era viejo. Por eso nuestro padre lo quiere mucho.
Ese día haré que los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén oren y lamenten al mirar al que atravesaron con una lanza. Y será tan grande su tristeza que llorarán como si hubieran perdido a su único hijo.
Una mujer de esa región cananea, se acercó a Jesús y le dijo a gritos: —¡Señor, tú que eres el Mesías descendiente de David, ten compasión de mí y ayúdame! ¡Mi hija tiene un demonio que la hace sufrir mucho!
Cuando llegaron a la entrada del pueblo, vieron a unos hombres que llevaban a enterrar a un muchacho. El muerto era el único hijo de una viuda. Mucha gente del pueblo iba acompañando a esa pobre mujer.
Al día siguiente, cuando Jesús y sus tres discípulos bajaron del monte, mucha gente les salió al encuentro.
Un espíritu maligno lo ataca de repente y le hace gritar. También hace que se retuerza de dolor y que eche espuma por la boca. Lo maltrata y no quiere soltarlo.
Cuando el oficial supo que Jesús había llegado a Galilea desde la región de Judea, acudió a él y le pidió que lo acompañara a su casa y curara a su hijo, pues el muchacho estaba a punto de morir.