Hasta dicen: «Ya que confió en Dios, ¡que venga Dios a salvarlo! Ya que Dios tanto lo quiere, ¡que venga él mismo a librarlo!».
Lucas 2:40 - Biblia Lenguaje Básico El niño Jesús crecía en estatura y se iba fortaleciendo. Estaba lleno de sabiduría, y Dios estaba muy contento con él. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. Biblia Nueva Traducción Viviente Allí el niño crecía sano y fuerte. Estaba lleno de sabiduría, y el favor de Dios estaba sobre él. Biblia Católica (Latinoamericana) El niño crecía y se desarrollaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios permanecía con él. La Biblia Textual 3a Edicion Y el niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre Él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El niño crecía, se fortalecía y se llenaba de sabiduría. Y la gracia de Dios residía en él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre Él. |
Hasta dicen: «Ya que confió en Dios, ¡que venga Dios a salvarlo! Ya que Dios tanto lo quiere, ¡que venga él mismo a librarlo!».
Me nace del corazón un hermoso canto. Voy a dedicar un poema al rey, ¡espero tener la inspiración de un poeta!
El niño Juan crecía en estatura y se hacía fuerte espiritualmente. Vivió en el desierto hasta el día en que Dios le mandó proclamar su mensaje al pueblo de Israel.
Todos estaban admirados de su inteligencia y de las respuestas que daba a las preguntas que le hacían.
Mientras tanto, Jesús seguía creciendo con la edad en sabiduría y gozaba del favor de Dios y de la estima de la gente. Dios y toda la gente del pueblo estaban muy contentos con él, y lo querían mucho.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Vimos el poder que le pertenece como Hijo único del Padre, que le ha llenado de gracia y de verdad.
Con gran poder los apóstoles enseñaban que Jesús, el Señor, había resucitado y todos los miraban con simpatía.
Finalmente, dejad que el gran poder de Cristo os dé las fuerzas necesarias.
Hijo mío, mantente firme valiéndote de la gracia que Jesucristo te concede.
A su tiempo la mujer dio a luz un hijo al que llamó Sansón. El niño creció, y Dios lo bendijo.
El niño Samuel, por el contrario, servía fielmente a Dios. Samuel se vestía con ropa de lino, como los sacerdotes.
Y así sucedió. En los años siguientes, Dios bendijo a Ana, y tuvo tres hijos y dos hijas. Mientras tanto, el niño Samuel crecía bajo el cuidado de Dios.
Mientras tanto, el niño Samuel seguía creciendo, y Dios y la gente lo querían mucho.
Samuel seguía creciendo, y Dios lo cuidaba. También le daba mensajes en el santuario de Siló, y Samuel se los comunicaba a todo el pueblo. Todo lo que Dios prometía por medio de Samuel, se cumplía. Por eso en todo Israel, la gente confiaba plenamente en las palabras de Samuel.