Cuando los enviados por Juan se fueron, Jesús comenzó a hablar con la gente acerca de Juan. Les decía: —¿A quién fuisteis a ver al desierto? ¿Era acaso un hombre sin carácter como las cañas que dobla el viento?
Lucas 1:80 - Biblia Lenguaje Básico El niño Juan crecía en estatura y se hacía fuerte espiritualmente. Vivió en el desierto hasta el día en que Dios le mandó proclamar su mensaje al pueblo de Israel. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Juan creció y se fortaleció en espíritu. Y vivió en el desierto hasta que comenzó su ministerio público a Israel. Biblia Católica (Latinoamericana) A medida que el niño iba creciendo, le vino la fuerza del Espíritu. Vivió en lugares apartados hasta el día en que se manifestó a Israel. La Biblia Textual 3a Edicion Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu, y estuvo en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El niño crecía y su espíritu se fortalecía; y moraba en lugares despoblados hasta el momento de manifestarse ante Israel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en el desierto hasta el día que se mostró a Israel. |
Cuando los enviados por Juan se fueron, Jesús comenzó a hablar con la gente acerca de Juan. Les decía: —¿A quién fuisteis a ver al desierto? ¿Era acaso un hombre sin carácter como las cañas que dobla el viento?
Por aquel tiempo, Juan el Bautista salió al desierto de Judea para predicar a la gente. Les decía:
Tu hijo va a ser muy importante ante Dios. No beberá vino ni cualquier otro licor, y el Espíritu Santo estará con él desde antes de que nazca.
El niño Jesús crecía en estatura y se iba fortaleciendo. Estaba lleno de sabiduría, y Dios estaba muy contento con él.
Mientras tanto, Jesús seguía creciendo con la edad en sabiduría y gozaba del favor de Dios y de la estima de la gente. Dios y toda la gente del pueblo estaban muy contentos con él, y lo querían mucho.
Yo no sabía quién era, pero Dios me mandó bautizar con agua para que todos pudierais conocerlo.
Apolo se enfrentaba con decisión a los judíos que no creían en Jesús, y con las Escrituras les probaba que Jesús era el Mesías.
Y así sucedió. En los años siguientes, Dios bendijo a Ana, y tuvo tres hijos y dos hijas. Mientras tanto, el niño Samuel crecía bajo el cuidado de Dios.