Rebeca no podía tener hijos; así que Isaac suplicó a Dios por ella. Entonces Dios atendió a sus ruegos, y Rebeca quedó embarazada.
Lucas 1:25 - Biblia Lenguaje Básico «¡Dios ha hecho esto conmigo para que la gente ya no me desprecie!». Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres. Biblia Nueva Traducción Viviente «¡Qué bondadoso es el Señor! —exclamó ella—. Me ha quitado la vergüenza de no tener hijos». Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Qué no ha hecho por mí el Señor! Es ahora cuando quiso liberarme de mi vergüenza. La Biblia Textual 3a Edicion Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta° entre los hombres. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Así lo ha hecho el Señor conmigo, cuando le ha parecido bien acabar con mi descrédito ante la gente'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así me ha hecho el Señor en los días en que miró para quitar mi afrenta entre los hombres. |
Rebeca no podía tener hijos; así que Isaac suplicó a Dios por ella. Entonces Dios atendió a sus ruegos, y Rebeca quedó embarazada.
Dios destruirá para siempre el poder de la muerte, secará las lágrimas de todos y borrará en la tierra entera la vergüenza que padece su pueblo. Lo asegura él, que es Dios todopoderoso.
En aquel día quedarán tan pocos hombres, que siete mujeres acudirán a uno de ellos diciendo: "Nosotras compraremos nuestro pan y nos haremos nuestra propia ropa, pero cásate con nosotras para que nos des un nombre y no muramos de vergüenza"».
Pero el ángel le dijo: —¡No tengas miedo, Zacarías! Dios ha escuchado tus oraciones. Tu mujer Elisabet tendrá un hijo, y lo llamarás Juan.
Poco tiempo después, su mujer quedó embarazada y durante cinco meses no salió de casa, pues pensaba:
Por la fe también, aunque él era muy viejo y su esposa Sara no podía tener hijos, Abrahán recibió fuerzas para tener un hijo. Y es que Abrahán confió en que Dios cumpliría su promesa.
Pero una cosa te pido, padre mío: Déjame ir con mis amigas durante dos meses a las montañas. Tengo mucha tristeza y quiero llorar por tener que morir sin poder tener hijos.
Como Ana no tenía hijos, Peniná se burlaba de ella. Tanto la molestaba que Ana lloraba mucho y ni comer quería. Todos los años, cuando iban al santuario, Peniná la trataba con desprecio.