Levítico 8:6 - Biblia Lenguaje Básico Enseguida Moisés ordenó a Aarón y a sus hijos que se acercaran, y los lavó con agua. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua. Biblia Nueva Traducción Viviente Después presentó a Aarón y a sus hijos y los lavó con agua. Biblia Católica (Latinoamericana) Moisés, entonces, pidió que Aarón y sus hijos se acercaran, y los lavó con agua. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Moisés hizo que Aarón y sus hijos se acercaran y los lavó con agua. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces mandó Moisés que se acercaran Aarón y sus hijos y los lavó con agua. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Moisés hizo llegar a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua. |
Tengo que admitir que soy malo de nacimiento, y que desde antes de nacer ya era un pecador.
A continuación lleva a Aarón y a sus hijos a la entrada de la Tienda del encuentro, y ordénales que se laven.
Allí Aarón y sus hijos se lavarán las manos y los pies cada vez que entren en la Tienda del encuentro y cada vez que se acerquen al altar para presentarme las ofrendas que se queman en mi honor. Esta es una ley que Aarón y sus descendientes deberán obedecer siempre. Si no la cumplen, morirán.
Después de eso, lleva a Aarón y a sus hijos a la entrada de la Tienda del encuentro, y ordénales que se bañen allí.
¡Dejad ya de pecar! ¡No quiero ver vuestra maldad! ¡Dejad ya de hacer lo malo
Habéis rendido culto a los ídolos, pero yo me olvidaré de vuestras maldades; las limpiaré con agua pura.
Ese día —así os lo aseguro yo, el Dios todopoderoso— haré que brote un manantial donde los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén puedan lavar sus pecados y purificarse de sus impurezas.
Y algunos de vosotros erais así. Pero Dios os perdonó esos pecados, os limpió y os hizo parte de su pueblo. Todo esto fue posible por el poder del Señor Jesucristo y del Espíritu de nuestro Dios.
Lo hizo para consagrarla a Dios, limpiándola por medio de su mensaje y del agua del bautismo.
Por eso, mantengamos una amistad sincera con Dios, teniendo la plena seguridad de que podemos confiar en él. Porque Cristo nos ha purificado de todo pecado, lavando nuestro cuerpo con agua pura.
En realidad, todo esto no son más que normas que tienen que ver con comidas, bebidas y ceremonias de purificación; pero son normas que no nos ayudan a cambiar nuestra manera de vivir; solo sirven mientras Dios no las cambie por algo mejor.
Yo le respondí: —Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: —Son los que han pasado por un tiempo de gran sufrimiento que hubo en la tierra. Son aquellos a quienes se les han perdonado los pecados por medio de la muerte del Cordero.