Coré, hijo de Imná, de la tribu de Leví, tenía a su cargo la vigilancia de la entrada este del Templo, y era el responsable de cuidar las ofrendas que la gente daba voluntariamente a Dios. También se encargaba de repartirlas entre los sacerdotes y levitas. Coré tenía seis colaboradores que, con toda honradez, repartían las ofrendas entre los sacerdotes y levitas, que vivían en las ciudades y campos de pastoreo del territorio de Judá. Los sacerdotes que recibían esa ayuda debían ser descendientes de Aarón, y los levitas debían estar en la lista oficial de ayudantes al servicio de Dios. Estos eran los seis colaboradores de Coré: Eden, Minyamín, Josué, Semaías, Amarías y Secanías. El reparto se hacía de la siguiente manera: en un libro estaban escritos los nombres de todos los sacerdotes y sus ayudantes mayores de tres años. La lista de los sacerdotes seguía el orden de la familia a la que pertenecían, y la lista de los levitas tenía una sección con todos los que eran mayores de veinte años, según el turno y el trabajo que hacían. Como todos ellos estaban permanentemente dedicados al servicio del culto a Dios, en el libro también estaban registrados los nombres de todos sus familiares, es decir, de sus esposas, hijos e hijas. Y así, todos los sacerdotes y levitas que iban al Templo para cumplir con sus trabajos diarios, según el turno y trabajo que les tocaba hacer, recibían la parte que les correspondía.