Si en este país nos llegara a faltar la comida, o nos atacaran enfermedades, o plagas de hongos, saltamontes o pulgón; si los enemigos nos cercan o atacan a alguna de las ciudades de Israel; cuando nos sobrevenga cualquier desgracia o calamidad,
Levítico 26:16 - Biblia Lenguaje Básico yo os castigaré duramente hasta causaros la ruina. Os enviaré enfermedades de las que no podréis sanar, y una fiebre que os dejará ciegos y sin fuerzas. Yo me apartaré de vosotros para que vuestros enemigos os destruyan; y será inútil que sembréis pues ellos comerán lo que plantéis. Bastará con que oigáis hablar de un ataque enemigo para que salgáis huyendo sin que nadie os persiga. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán. Biblia Nueva Traducción Viviente yo los castigaré. Traeré sobre ustedes terrores repentinos: enfermedades debilitantes y altas fiebres que harán que sus ojos fallen y que su vida se consuma poco a poco. Sembrarán sus cosechas en vano porque sus enemigos se las comerán. Biblia Católica (Latinoamericana) entonces miren lo que haré yo con ustedes.
Mandaré sobre ustedes el terror, la peste y la fiebre; sus ojos se debilitarán y su salud irá en desmedro. Ustedes sembrarán en vano la semilla, pues se la comerán los enemigos. La Biblia Textual 3a Edicion Yo también haré esto con vosotros: Os impondré como castigo el terror súbito: tisis y fiebre que consuman los ojos y hagan languidecer el alma. En vano sembraréis vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán. Biblia Serafín de Ausejo 1975 entonces yo haré con vosotros lo siguiente: os enviaré el terror, la consunción y la fiebre, que os apagarán la vista y os agotarán el aliento. Sembraréis en balde vuestra semilla, pues serán vuestros enemigos quienes se la comerán. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo también haré con vosotros esto: Enviaré sobre vosotros terror, inflamación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma: y en vano sembraréis vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán; |
Si en este país nos llegara a faltar la comida, o nos atacaran enfermedades, o plagas de hongos, saltamontes o pulgón; si los enemigos nos cercan o atacan a alguna de las ciudades de Israel; cuando nos sobrevenga cualquier desgracia o calamidad,
El miedo y el desastre lo siguen por todas partes; ¡no lo dejan ni un momento!
y cuando quiera sacarse la flecha, se le saldrán los intestinos y eso lo llenará de miedo.
¡Haz, Dios mío, que lo juzgue un malvado! ¡Haz que lo acuse su propio abogado!
En un abrir y cerrar de ojos terminarán por ser destruidos; el terror acabará con ellos.
Por eso Dios les quitó la vida, reduciendo sus días a un soplo, sus años a un suspiro.
Les dijo: —Yo soy vuestro Dios, el que cuida de vuestra salud. Si prestáis atención a mis consejos y obedecéis estos mandamientos y estas leyes que hoy os doy, y hacéis solo lo que es bueno, no os castigaré como a los egipcios.
Porque seréis humillados, llevados presos y asesinados. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se calmará; nos seguirá amenazando todavía.
Dios ha jurado solemnemente: «Nunca más permitiré que los enemigos de Israel se coman vuestro trigo, o que los extranjeros beban el vino que tanto trabajo os costó elaborar.
Al enterarse el rey Ajaz y la casa real de que los israelitas del norte se habían aliado con los sirios, tanto el rey como el pueblo se pusieron a temblar de miedo, como tiemblan las hojas de los árboles cuando sopla el viento.
Les voy a mandar cuatro castigos diferentes: primero, morirán en la guerra; a continuación, los arrastrarán los perros; luego, los devorarán las aves del cielo; y finalmente, los destrozarán las fieras del campo. Esto lo haré por culpa de Manasés, hijo de Ezequías, pues no me he olvidado de lo que Manasés, rey de Judá, hizo en Jerusalén. Haré así que todos los reinos de la tierra aprendan la lección. Soy yo, Dios, quien lo asegura.
Las viudas eran tantas como granos de arena hay en el mar. Contra las madres con hijos jóvenes hice que llegara la muerte en pleno día, envié contra ellas la angustia y el terror.
Porque Dios dice que tú serás un terror para ti mismo y para tus amigos, que serán atravesados por la espada del enemigo ante tus propios ojos. A todos los habitantes de Judá los entregaré al rey de Babilonia, para que se los lleve como esclavos a vuestro país o para que los mate.
Destruirán las ciudades amuralladas, en las que os sentís seguros. Devorarán vuestras cosechas y alimentos, matarán a vuestros hijos e hijas, acabarán con vuestras ovejas y vuestras vacas, y destruirán vuestras viñas y vuestras higueras.
Los israelitas andan diciendo que ya no tienen remedio. Piensan que no podrán seguir viviendo, pues sus muchos pecados los están consumiendo. Pero tú debes decirles
humilláis a los pobres y les quitáis el pan de la boca al cobrarles altos impuestos. Por eso no podréis disfrutar de las lujosas casas que habéis construido, ni tampoco beberéis el vino de los hermosos viñedos que plantasteis.
Sembraréis trigo, pero no llegaréis a cosecharlo; exprimiréis las aceitunas, pero no podréis usar el aceite que saquéis: pisaréis las uvas en el lagar, pero no beberéis el vino.
Sembráis mucho y cosecháis poco; coméis, pero no saciáis vuestra hambre; bebéis, pero no calmáis vuestra sed; os abrigáis, pero seguís teniendo frío; el sueldo que os pagan no os alcanza para nada.
Ese día Dios castigará a las naciones que atacaron Jerusalén. Hará que se llenen de miedo y que empiecen a luchar entre ellas mismas; ¡aun en vida se les pudrirán la carne, los ojos y la lengua!
En plena calle morirán vuestros hijos, dentro de casa reinará el espanto; y todos veréis cómo mueren vuestros ancianos, vuestros jóvenes y vuestros niños.
Fue entonces cuando vino el ángel de Dios y se sentó bajo el roble que está en Ofrá. Ese árbol pertenecía a Joás, que era descendiente de Abiecer. En ese momento, Gedeón hijo de Joás, estaba limpiando trigo; para que no lo descubrieran los maditanitas lo estaba haciendo en el lugar donde se pisaban las uvas para hacer vino.