Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Levítico 19:18 - Biblia Lenguaje Básico

No seáis rencorosos ni vengativos, antes bien que cada uno ame a su prójimo como se ama a sí mismo. Yo soy vuestro Dios.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

»No busques vengarte, ni guardes rencor contra tus hermanos israelitas, sino ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

No te vengarás ni guardarás rencor contra tus paisanos, sino que más bien amarás a tu prójimo como a ti mismo, pues Yo soy Yavé.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

No te vengarás, ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo.° Yo, YHVH.

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

No seas vengativo ni rencoroso contra los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Yahveh.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo; mas amarás a tu prójimo como a ti mismo: Yo soy Jehová.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Levítico 19:18
30 Referans Kwoze  

Un día, Lámec dijo a sus dos mujeres: —Adá y Selá, mujeres mías: ¡escuchadme, prestadme atención! Si un hombre me hiere, lo mataré; y lo mismo haré si un muchacho me hace daño.


Absalón, por su parte, dejó de hablar a Amnón, ni para bien ni para mal, pues lo odiaba por haber violado a su hermana.


y antes de comenzar dijo a sus criados: —Vigilad bien a Amnón y, cuando ya esté muy borracho y yo os indique que lo matéis, matadlo. No tengáis miedo, pues soy yo quien os ordeno matarlo.


No nos corrige cada día ni nos guarda rencor para siempre.


No hablarás falsamente de nadie.


Nunca hables de venganza; es mejor que confíes en Dios, y él vendrá en tu ayuda.


antes bien tratadlos como si fueran israelitas y amadlos como si de vosotros mismos se tratara, pues también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto. Yo soy vuestro Dios.


Un joven vino a ver a Jesús y le preguntó: —Maestro, ¿qué cosas buenas debo hacer para tener vida eterna?


honra a tu padre y a tu madre; ama a los demás tanto como te amas a ti mismo.


Os doy un mandamiento nuevo: Amaos unos a otros de la misma manera que yo os he amado.


pero Pablo le gritó: —¡No te mates! Todos estamos aquí.


Si alguien os trata mal, no le paguéis con la misma moneda. Al contrario, buscad siempre hacer el bien a todos.


y no busquéis la venganza, sino dejad que Dios se encargue de castigar a los malvados. Pues en las Escrituras Dios dice: «A mí me corresponde vengarme. Yo daré a cada cual su merecido».


Porque ellos están para servir a Dios y para beneficiaros a vosotros. Pero si os portáis mal, ¡echaos a temblar!, porque la espada que llevan no es de adorno. Ellos están para servir a Dios, pero también para castigar a los que hacen el mal.


En la ley hay mandatos como estos: «No seáis infieles en el matrimonio. No matéis. No robéis. No os dejéis dominar por el deseo de tener lo que otros tienen». Estos mandamientos, y todos los demás, pueden resumirse en uno solo: «Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo».


Porque toda la ley de Dios se resume en un solo mandamiento: «Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo».


Adoran a dioses falsos, practican la brujería y odian a los demás. Se pelean unos con otros, son celosos y se enfadan por todo. Son egoístas, discuten y causan divisiones.


No seáis agresivos ni rencorosos; no os comportéis con ira ni utilicéis gritos o insultos. Dejad de hacer el mal.


En plena calle morirán vuestros hijos, dentro de casa reinará el espanto; y todos veréis cómo mueren vuestros ancianos, vuestros jóvenes y vuestros niños.


Pero ahora tenéis que abandonar todo eso; así que no os dejéis llevar por la ira, el rencor o el deseo de hacer el mal; no ofendáis a Dios ni insultéis a vuestros semejantes.


Además, como todos sabemos, Dios ha dicho que «él se vengará de sus enemigos y que los castigará por todo lo malo que han hecho». Y también ha dicho que «él será quien juzgue a su pueblo».


Si cumplís el mandamiento más importante de la Escritura, haréis muy bien. Ese mandamiento dice: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».


Por lo tanto, dejad de hacer el mal. No digáis mentiras, ni seáis hipócritas, envidiosos o chismosos.


Ha sido Jesucristo quien nos dio este mandamiento: «¡Amad a Dios, y amad también a los hermanos!».