Algún tiempo después, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos ofendieron al faraón, rey de Egipto, y este se enfadó mucho con estos dos ayudantes.
Génesis 40:11 - Biblia Lenguaje Básico Yo tenía en mi mano la copa del faraón; tomaba los racimos de uvas, los exprimía en la copa y luego se la daba al faraón. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón. Biblia Nueva Traducción Viviente Yo tenía la copa del faraón en mi mano, entonces tomé un racimo de uvas y exprimí el jugo en la copa. Después puse la copa en la mano del faraón. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo tenía en la mano la copa de Faraón, y tomando aquellas uvas las exprimía en la copa de Faraón, y ponía la copa en sus manos. La Biblia Textual 3a Edicion Y estaba la copa de Faraón en mi mano, tomé las uvas y las exprimí en la copa de Faraón, y puse la copa en mano de Faraón. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo sostenía en mi mano la copa del Faraón. Yo iba tomando las uvas y exprimiéndolas en ella. Luego ponía la copa en mano del Faraón'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas, y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón. |
Algún tiempo después, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos ofendieron al faraón, rey de Egipto, y este se enfadó mucho con estos dos ayudantes.
que tenía tres ramas. Vi también cómo las ramas echaban brotes y flores, y enseguida las uvas maduraban.
Sus ojos son más oscuros que el vino; sus dientes son más blancos que la leche. Atará su burro a la vid, y a la cepa misma la cría de su asna. Lavará en vino sus ropas y su manto en el jugo de las uvas.
la sabrosa comida y las abundantes bebidas que se servían a la mesa, las lujosas residencias de sus cortesanos, la buena educación y la ropa elegante de sus servidores, y los muchos sacrificios de animales que ofrecía en el Templo de Dios, se quedó maravillada
Oh Dios, escucha mi oración y las oraciones de tus servidores cuyo único deseo es honrarte. Haz que el rey me reciba bien y que yo tenga éxito». En ese tiempo yo era copero del rey Artajerjes.
—Cuando tú y tus hijos tengáis que entrar en la Tienda del encuentro, no lo hagáis después de haber tomado vino o cualquier clase de licor. Si lo hacéis, moriréis, pues debéis saber distinguir entre lo que es sagrado y lo que no lo es, entre lo que es puro y lo que es impuro. Esta norma no cambiará jamás.